lunes, octubre 23, 2006

COSAS

Ilustración: Enaire

Recojo las mariposas pegadas a la rejilla. Están secas y desaparecen bajo las raspaduras de un cepillo de raíces duras. En el suelo son menos que polvo, una amalgama de suciedad deforme y aceite.
Ordeno los libros según las disciplinas, las materias clasificadas desde antiguo. No busco. Entre las páginas no hay hojas recogidas por niños pasados que, al salir de la escuela, robaron a los arbustos del parque con sus manos pequeñas, que ya son ávidas.
Pongo mi mano sobre tu mano, como una oración comparativa. Sobresalen las yemas de mis dedos, más oscuros y recios.
Están recorridos por la sangre que gira en un circuito cerrado de ramas. Está girando durante años de paz pactada por caballeros que llevaban antorchas a la vez que las angulosas riendas, extensiones de los codos metálicos y los hocicos.
Llueve sobre alquitrán prensado y suben vapores como vaho caliente desde la boca de la tierra sellada.
Grapo las cartas con el golpe de todo el brazo cayendo. Cruje las mesa de madera encajonada, giran los goznes del mecanismo, se oye el sonido de la agrupación única.
Todas estas cosas ocurren pero sin prestárseles atención, porque ya es tarde esta tarde .

viernes, octubre 20, 2006

CONVERSACIONES



La voz tuya
y mi palabra:
Amigas y juntas
o desconfiando.
----
Mi voz tuya
y el silencio:
Echados sobre el horizonte
mirando al cielo.
---
Mi voz y tu voz
como dos ecos:
uno llega el primero
el otro vuelve.

jueves, octubre 19, 2006

ENCUENTRO CON ÉL



Al encontrarse durante tanto tiempo solo en aquel cuarto fue prestando cada vez menor atención a los ojos y a lo que le decían los sonidos. Así, desconectado, se sentía más seguro y se fueron aplacando las ganas de marcharse.
¿Marcharse, adónde?, surgió de pronto, como la pregunta que le hubiese formulado un extraño. El sitio, aunque apenas lo veía, le pareció idóneo para recuperarse, sobretodo si se preocupaba de mantener tibia la temperatura corporal abrigándose con la manta hasta la altura del rostro, mientras transcurría el tiempo.
El ojo izquierdo le lloraba y se iba, poco a poco, cerrando cubierto de legañas. A lo largo de la tarde vino una especie de enfermero que se lo enjuagó con una solución de suero fisiológico. Sin embargo, en las curas que él mismo se tenía que hacer la mayoría de las veces limpiaba el otro ojo, el sano, que se quedaba mirando el vacio incluso bajo el contacto blando del algodón.
¿Quién había allí?.
Llegó a pensar que era como una broma, pero la presencia de ese ser de dentro se hacía cada vez más evidente.
Casi todos los conocimientos que durante su vida anterior había poseído, los que siempre había utilizado y le parecían propios, los había aprendido de fuera. En algún sitio, alguna vez, los había oído; alguien se los había dicho, pero, en esta situación, iban perdiendo fiabilidad. Quizás, en alguna ocasión, los había experimentado verdaderamente sobre sí mismo, pero, en estas condiciones valían de muy poco pues el verdadero origen nunca había sido él mismo y ahora la tendencia se había invertido.
El dolor nacía dentro y tenía que encontrar la forma de sacarlo.
El ser de dentro comenzó a respirar fuerte, esforzándose en serenarse. No sabía por qué, pero no le inspiraban ninguna confianza las nuevas imagenes que aparecían sobre sus nuevos ojos inmóviles.

miércoles, octubre 18, 2006

BICICLETA ESTÁTICA



Mi mujer ha adquirido en unos grandes almacenes una bicicleta estática. Es fantástica, se puede pedalear constantemente sin ir a ningún sitio.
He estado analizando la cuestión desde diferentes puntos de vista y he obtenido unas conclusiones dignas de compartir. En efecto, la bicicleta en cuestión tiene todos los inconvenientes que puede tener una bicicleta normal y ninguna de las ventajas que te pudiera proporcionar. Puedes sudar hasta la extenuación, pedalear sin sentido, pero no te puedes pasear, ni siquiera hasta el parque próximo. Es de una inutilidad extrema.

Siguiendo el ejemplo de la bicicleta y su filosofía inherente he descubierto la escoba estática, que consiste en una escoba anclada a la pared mediante una cadena. La peculiaridad del invento consiste en que, aunque tires, solamente puedes barrer unas cuántas baldosas próximas.
Mi mujer, con quién he compartido mi hallazgo, opina que no es necesario ponerle cadena, ya que si te quedas barriendo en el mismo sitio pues ya tienes la escoba estática. Me temo que no comprende la filosofía última de estas innovaciones tecnológicas.

Una vez patentado el invento, me encuentro con el problema de su comercialización. He decidido realizar una explotación piloto en el vecindario. Para ello, he ido pegando por la calle unos anuncios que informan de la existencia de la escoba estática y se acompañan de ciertos detalles de la fabricación. Con la ayuda de unos prismáticos, desde la azotea, vigilo la actividad de mis vecinas hasta que consigo localizar a alguna de ellas utilizando de manera fraudulenta la escoba estática. Si se acompaña de alguna prueba gráfica, como por ejemplo una fotografía, suelen pagar, sin necesidad de amenazas, el canon que permite la utilización de la escoba estática durante cierto tiempo.
Si usted dispone de acceso a la terraza de su bloque y si éste se encuentra favorablemente orientado, puedo cederle, por un tiempo limitado, los derecho de explotación de la patente en su barrio, a cambio de una pequeña comisión. Por favor, póngase en contacto conmigo cuanto antes y llegaremos a un provechoso acuerdo para ambos.

En la actualidad estoy pensando en lanzar una segunda versión del invento más evolucionada. Incluye un recogedor, sobre el cual se han practicado un conjunto de agujeros convenientemente distribuidos, de manera que el polvo, una vez recogido, vuelve a caer al suelo y siempre se puede barrer algo.
Mi mujer, principal detractora de la escoba estática, opina que los agujeros inutilizan el recogedor y que, además, es más sencillo volcar el recogedor cuando se quiera, por lo que se ha negado a agujerearlo. Sigue sin comprender lo fundamental.
Para poder utilizar el recogedor para el barrido normal, estoy pensando incluir, en la oferta de lanzamiento, la idea de unos tapones de corcho que no encarecerán demasiado la inversión.

Espero conseguir resultados acordes con la audacia de estas aportaciones personales al desarrollo social de mi comunidad. Ya os contaré.
De momento, como le estoy cogiendo cierto gustillo al asunto, me voy al metro a subir durante una media hora, más o menos, cualquier escalera mecánica de bajada.

martes, octubre 17, 2006

ESPEJO




Miré al hombre del espejo.
Estaba cansado,
algo triste
o viejo.
Mucho tiempo había pasado
desde sus primeros
y únicos sueños.
Se puso serio, como siempre;
aunque quería,
se notaba lo difícil
que le resultaba,
mantener la dignidad
y las apariencias.

Pero entonces el hombre del espejo me miró
y, como era yo,
levantó su pequeño puño,
que no era gran cosa,
aunque chorreaba
colores rojo y negro.
En realidad,
el hombre del espejo,
(fracasado, algo feo,
despreciado, bastante solo)
era
justamente
lo que desde siempre
había querido ser.

Le dije: salud, compañero.
Y me dijo:
Primero ella.
Recuerda,
no sé por qué,
pero,
me lo han dicho:
primero ella.

Por Dios, no utilices
este mismo espejo para,
levantándote
quince minutos antes,
ponerte guapa
y después ir al gimnasio.
Te lo pido.

jueves, octubre 12, 2006

Cursi y además mirón



Mirándote
se ve la mujer que fuistes,
cuando atrapabas
el jugo
de la noche
por las céntricas avenidas
encharcadas.

Mirándote
se ve una llanura
recorrida por los rayos
de la noche nueva,
que no se sabe adónde
acabará
de desistir.

Mirándote
en el pequeño minuto de una tarde
o en el de un año repetido
o en el de un suspiro .

lunes, octubre 09, 2006

RUIDOS



Te escucho a lo lejos
como si fueras el tráfico,
un televisor,
el barullo maleducado de los bares.
Y te tengo que mirar,
confuso te miro:
mueves la boca,
los finos labios,
la lengua sobre los dientes,
tus cálidos brazos
que ahora,
todos juntos,
enmarañados,
aparecen como
aparatosos molinos
descomponiéndose.

Algo quieres decirme.
¡Quién pudiera alcanzar lo que,
tan importante, tienes que decir!
¡Cómo se podrá traducir
del lenguaje de las señales
al de los ritmos!

Me gustaría ser telefonista (*)
para pensar que estás tú
detrás de todas las infinitas llamadas
posibles.
Tú sola.
Blanca.
Indescifrable.
Anarquista.



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(*) De las de antes, las que permitían las llamadas manualmente con cables
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LA SALIDA




Cuando la abrazaba
sentía los afilados ángulos de sus huesos.
Al ser ella de vidrio
podían dañarse muy fácilmente.

Tengo que irme, se dijo, mirando maquinalmente su reloj.

- Por favor, ¿la salida?
- Todo recto, subiendo la cuesta arriba. En un par de semanas se llega.
- Muchas gracias, ¿y ustedes por qué se vuelven?
- Es que nosotros somos negros.

Se alejó pensando cómo podían ser negros
y tener los dientes tan blancos.

viernes, octubre 06, 2006

MALETA ROJA




Cuando llegaste,
traías tu esperada maleta roja.

Al principio, vino no muy cargada.
Cruzando el pasillo,
cubriendo los vacíos en el armario.
+++
Cuando llegabas,
traías tu vistosa maleta roja.

Sobre la cama la he visto
muchas veces
traerte y llevarte
con precisión de viaje.

+++

Ahora,
a veces,
miro el rincón
de tu maleta roja.
+++

miércoles, octubre 04, 2006

¿ERAS TÚ?



Del primero,
¿eras tú?,
recuerdo que fue cogiéndote la mano.
Tu mano.

No dolió.

Después, bien no me acuerdo,
pero todo ocurrió en el mar.
¿Eras tú?.
Estábamos
rodeados
del movimiento
de las olas.

No, no dolía.

Al final,
lo reconozco,
ya no supe
como empezar
de nuevo.

Estaba muy maltrecho.
Fue por haber sufrido
antes.