jueves, abril 24, 2008

REGISTRO CIVIL

Martes 12/02/2008, 10:30 horas.


En el registro civil de Quito la cola más importante que hay es para obtener la cédula y la papeleta de votación. Ocupa casi los ochenta metros de longitud que tiene el patio. Posiblemente esté previsto asfaltarlo próximamente, aunque, de momento, todavía se encuentra en estado natural. Increíblemente no hay nada de vegetación. Imagino que las pisadas de los ciudadanos en busca de documentación impiden el crecimiento, no obstante, no creo que algunos árboles les vinieran mal al recinto, ni que, en estas latitudes, necesitaran muchos cuidados.
Una cubierta de uralita, que recorre longitudinalmente el centro del descampado, protege a la larga fila del sol y de los posibles inesperados chaparrones.

No creo que los niños limpiabotas que se pasan aquí la vida tengan cédula identificativa, ¿para qué la necesitan?. Para limpiar zapatos no es necesario estar identificados. Lustrar los zapatos cuesta 25 centavos pero el precio puede variar dependiendo de la vulnerabilidad del cliente.

Al frente, ocupando un lateral del cuadrado, hay otro porche. En él se encuentra la fotocopiadora, regentada una mujer que también vende carpetas, sobres y otros artículos de papelería. Junto a ella, un carrillo de venta ambulante tiene agua, golosinas y tabaco suelto. Es similar al resto de carritos que hay diseminados por los puntos más concurridos de la ciudad.

Me pregunto donde se guardará esta máquina durante la noche. Quizás se desplace kilómetros a lo largo del extenso Quito, al igual que su dueña y el resto de los trabajadores.
Debe ser necesario custodiarla atentamente. Posiblemente una avería suponga la suspensión provisional de las actividades del registro.



El Registro civil es como una plaza. Hay bullicio y gente. Se confunden quienes han venido circunstancialmente, como nosotros, con los que pasan aquí toda su vida, es decir, quienes se buscan aquí la vida.

En una esquina se encuentra el registro de Matrimonios civiles. No hay cola, solo nosotros, no obstante tardan algún tiempo en llamarnos.
Se presenta el filmador que lleva una pequeña cámara digital Sony y ha sido contratado para hacer el reportaje de la boda. Nos saluda a todos. Me pregunta que qué me parece el Ecuador mientras me enfoca de frente a medio metro de distancia. Le digo bien nervioso que es bien bonito. Parece que no le ha gustado demasiado la toma porque deja de grabar.
Me parece que en estos países donde la pobreza no está oculta todos tendemos la tendencia a disimularla un poco, a mentir un poco más de lo normal, que ya es bastante. El filmador, bastante más acostumbrado que yo al trato con extraños, dirige una conversación sobre España, Ecuador, economía y climas. Confiesa que si no fuera por los matrimonios de emigrantes, no tendría trabajo. Dice que gana buena plata pero, a cambio, tiene 2 hijos y el arriendo de la casa.

Nos llaman del registro de matrimonios.
A la hora de entrar y debido a la urgencia con que queremos hacerlo se produce un conflicto con los limpias. El servicio ha subido unas 10 veces, de 0,25 $ a 2.5. Al final le damos 1,5 $, pero no se quedan contentos. Quizás, si le hubiéramos dado 2.5$, una vez recaudado el importe, hubiera subido automáticamente a 5 $. En Ecuador hay mucha inflación.

Pasamos por una habitación donde se encuentran las oficinas y llegamos a la habitación contigua donde hay una mesa, unas sillas frente a ella y la bandera de Ecuador presidiendo, en la esquina izquierda.
Una mujer oficia la ceremonia mientras su ayudante, el filmador y yo hacemos fotos. Por cada foto que hacen ellos, hago yo 10.

Se produce la lectura de los artículos, el consentimiento de los novios y la firma de documentos. Tienen que firmar tres o cuatro veces cada uno. Todos, los novios y los testigos, por igual. Por último, llegan las felicitaciones y las sonrisas. La boda ha terminado.

Salimos para esperar que la documentación esté lista, ya que tenemos que ir posteriormente al consulado español para registrar también allí la boda. El novio se queda dentro, deben tener que consultarle alguna pequeña cuestión.

Al cabo del tiempo, sale Pedro, el novio, para decirnos que hay un problema. Parece ser que para agilizar la tramitación de los documentos hace falta un requisito: es necesario plata. De otro modo, el abogado realizará su trabajo con normalidad, siguiendo el orden habitual, demorándose uno o dos meses los papeles. Aunque Pedro ha preguntado cuanto cuesta motivar la diligencia del abogado, el dato resulta completamente desconocido. La familia de Patricia hace cálculos: unos 30 dólares, bastarán.
Con tan importante información, Pedro vuelve a entrar. En efecto, rápidamente, los documentos están disponibles.
La ejemplar eficiencia del Registro Civil quiteño ha quedado demostrada.

jueves, abril 10, 2008

EL PANECILLO



Está anocheciendo. En el Ecuador siempre se hace de noche a la misma hora. Aquí no hay veranos, ni inviernos, ni días más largos o más cortos. Conforme llega la oscuridad se va despejando la ciudad, aunque, a esta hora, todavía es un hervidero. Los coches se concentran por la avenida de Eloy Alfaro, bajo los túneles, donde prácticamente se tocan unos con otros y se detienen.

Estudiantes uniformados hacen auto stop, debe ser la hora en que han terminado sus clases y aprovechan para aventurarse en grupo.
Colegialas adolescentes esperan el autobús rodeadas de muchachos, algo mayores que ellas, que despliegan la chulería de su principal encanto. En Ecuador es obligatorio el uso de uniformes en los colegios, por lo que la gente más joven va elegantemente vestida, mientras el resto desentona.
Las jovencitas frente a los sonrientes aduladores se sienten mayores y se dejan robar junto a las verjas los primeros besos. Otras parejas, más audaces, se aventuran por los parques aledaños, buscando minutos de la oscuridad apenas iniciada.

Una mujer ayudada por varios niños va amontonando y anudando cartones recogidos lentamente, y a un hombre tendido en la acera, posiblemente borracho, alguien preparado para echar a correr le registra los bolsillos de la chaqueta.
El auto circula frente estas escenas fugaces, casi irreales, como las de un teatro mal iluminado. Después gira a la izquierda tomando la cuesta que nos llevará al Panecillo, la pequeña colina del centro de Quito.

Al parecer debe su nombre a la forma de pequeño bollo que tiene la insignificante elevación de algo más de cien metros, si se la compara con su entorno, aunque se ha convertido en el mirador más concurrido, seguramente debido a nuestra antropomórfica miopía.
La escultura de la Virgen de Quito, con unos veinticinco metros de altura, preside el lugar. De su torso de piedra surgen dos angelicales alas. Sí, desde el Panecillo vigila una virgen, pero también un ángel.

Hay algunas barracas de madera donde se vende artesanía a los turistas, aunque a esta hora están desiertas. Dos perros callejeros merodean por los alrededores.

No es posible acceder al mirador que se encuentra en la cabeza de la Virgen, por lo que nos conformamos con divisar Quito desde los pies de la imagen, donde la representación de un reptil vencido parece todavía coletear convulsamente. Es el mal, la serpiente que engañó a Adán en el Paraiso, aunque no tuvo mucho mérito hacerlo, ya que contó con la ayuda de Eva, la primera mujer, los primeros senos.

Quito, al igual que el reptil, se extiende bajo los pies de la Virgen, de norte a sur, como una increible serpiente luminosa y gigante, mucho más viva y peligrosa que cualquiera.
Apenas se distinguen las torres de la catedral y la iglesia de San Francisco de la uniformidad de sus brillantes escamas.
Cada casa, una luz.
Quito, un desorden de infinidad de luces agrupadas al azar hasta el horizonte, donde, por último, se confunden con las estrellas primeras.

Desde aquí, Quito, ya no es un beso de estudiante, ni autos colapsados, ni perros callejeros, sino una enorme cola luminosa, donde cada farola guarda su turno y se pierde borrosa entre la lejanía de los turnos que nunca llegan.

martes, abril 08, 2008

CANALIZACIÓN DE ENERGIA UNIVERSAL

El pasado día 6 de Abril de 2008 fueron concluidos satisfactoriamente los trabajos de armonización espiritual efectuados sobre mi humilde persona mediante una serie de canalizaciones de energía universal.
El maravilloso suceso se produjo en Madrid, en los locales de una muy necesaria organización dedicada al amor universal y, aunque pudiera parecer contradictorio, sin ánimo de lucro.

Estos trabajos fueron aplicados sobre unos cuarenta adeptos entre los que felizmente me encontraba. Fue necesaria nuestra presencia durante los días 4, 5 y 6, viernes, sábado y domingo, ya que estas canalizaciones se deben emitir necesariamente por etapas, pues el cuerpo humano no puede soportar en una única sesión toda la energía que se necesita para dejar al individuo completamente armonizado.

Durante la armonización también se emitió un curso teórico práctico sobre esta particular energía, a la vez que nos fueron concedidos poderes para su uso, disfrute y canalización.
En este primer nivel de iniciación en que me encuentro, solo se me ha otorgado la capacidad para transmitir energía universal en un porcentaje del 30% sobre el flujo máximo. Próximamente, tras nuevas armonizaciones alcanzaré los niveles 2 y 3, que se corresponden con las capacidades de canalización del 60% y del 100%.

La energía universal canalizada se dirige allá donde resulta más provechosa, realizando todo tipo de beneficio. No obstante, existen ciertas limitaciones.
A un individuo solo puede exponerse a un máximo de 5 minutos de recepción diaria de energía, ya que mayores dosis pueden resultar perjudiciales. Además, hay que acertar el número de chacra por donde se debe emitir la energía, pues la introducida por el chacra equivocado no actúa sobre el mal.

Como contrapartida a la utilización de la energía, el adepto debe meditar durante cinco minutos, tres veces al día. Meditar consiste en cerrar los ojos y observar el vacío interior, hecho bastante evidente en mi caso, por lo que lo raro es que haya gente que no medite. Por mi parte, me parece que llevo meditando bastante tiempo sin saberlo.

El trato es, por tanto, bastante ventajoso, por lo que lo he aceptado en todos sus términos y voy a seguirlo a pies juntillas. Espero que no tenga letra pequeña.

Ya contaré en este mismo lugar las evoluciones armónicas que se produzcan sobre mi persona. En el mundo en general, pueden comprobarlas ustedes por sí mismos.

Pese las muchas facilidades de canalización y manejo que se permiten, parece ser que la humanidad es todavía muy deficitaria en este tipo de energía. Se ruega a todas las personas que eviten cruzar manos o piernas, así como los asesinatos y demás tropelías, ya que se ha comprobado que éstas son las fuentes principales de los bloqueos que impiden una circulación fluida de la energía universal.

Muchas gracias.