martes, marzo 26, 2013

Maddalena Calore





Maddalena Calore

Magdalenas de trigo y maíz al calor (receta)




Se levantan las fábricas
Se queman las carceles primero y sus muros se desmenuzan
sin dejar rastro,
como azúcarillos en el café.

Se deja que corra el viento por las calles
siempre en el sentido contrario
hasta comprobar que la verdad ha cuajado.


Se persigue a los diputados
con los ojos.
Se escucha la música
de haber perdido tus hijos su casa
sin lágrimas.



Se espera algún tiempo
mientras los bancos devuelven
todos los robos de todos los tiempos
a través
de los cajeros automáticos
humeantes.

Los campos estarán sedientos
Muchos habrán muerto y habrá balas desperdigadas y asesinos.
Los aguerridos bomberos estarán asustados sin saber qué hacer
pero los niños, no,
son compañeros en la lucha.

Miraran con ojos fijos.

Mirada de Maddalena Calore.

Tu lluvia perfecta


Me encanta al mirar que seas

como la lluvia.


A veces apareces

como la lluvia

sobre los páramos.


Te comparo con las nubes altas,

albas,

desprendiéndose

el olor

de su caída

súbita.


Pequeñas gotitas tuyas son

las que mojan mi lengua

llamándote.



Mi boca, tambien

te roza

cuando rie,

para ti,

a los otros.


Una tormenta tuya lluviosa

eres

sobre mi corazón acorazado

en la arena.


Te comparo también con una

manifestación de paraguas

y  nubes mirándose

a los ojos.


A mi lado dormirías bien

sin necesidad

de precipitar  tantos sueños tristes.

Yo te abrazaría

con el alma tuya

que tengo

de agua.


Llueves, mi amor, sobre mojado.

Sobre tu propio charco.