Las canas en las sienes son como las flores de los almendros.
A ti, Tha, lo tuyo.
Me recuerda otras luces
su luz plateada.
Anduve feliz.
Ahora, en cambio,
me siento hermosa.
Salí varias noches a las tantas de la madrugada,
la sangre de mis venas
corría por las alcobas de las estrellas.
Ahora, en cambio,
de las cosas que puedo mencionar:
las clases de piano van lentas
y los niños muy deprisa crecen.
Mi vida,
y la música.
Soy hermosa porque anduve feliz
y fui querida.
O eran los besos míos los que querían
a tus ojos ajenos.
Es decir,
todos mis sueños los soñé
hasta que fueron tú mismo
y yo me sentaba a su lado
como un sueño más
con falda por las rodillas.
Ahora, en cambio,
soy hermosa porque todos los sueños que imaginé
estuvieron a mi lado antes de irse.
Fueron unos ojos ajenos
que me miraron
como a la flor del almendro
entre los dedos.
3 comentarios:
A ti que me haces llorar en la oficina... gracias por este regalo y un abrazo en la distancia
Jopé, Asir, has bordao este poema para la amiga Tha!!
Y que te empeñes en esconderte...
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