jueves, diciembre 28, 2006

LABIOS



Labios
como huchas
y como corazón
entero.

Labios
juntos
muchas veces.

Cuando llegamos
cuando nos vemos
cuando nos vamos
cuando te sueño,
PORQUE YO TE SUEÑO,
y aunque tus labios
sean reales
y puedan medirse
yo les quito
la forma
y me los quedo
en mi pensamiento

miércoles, diciembre 27, 2006

ISLA CON NOMBRE DE MUJER

Isla sola.

Pequeña
y sola.

Solamente
con el mar
que la abraza.

Únicamente mar ( y cielo)
Con los brazos
de sus olas
por la cintura.
de arena.

Con los pájaros
navegantes
atraídos
por la propia roca,
y la suavidad
de orilla.

Donde se junta la sal
con la noche
que aparece
por el horizonte
lejano
de miles de estrellas
que giran en torno
al son
de la isla
única.



martes, diciembre 26, 2006

CITA



Llegué hasta tu calle con la ilusión intacta, pero una vez allí, desapareció.
En diciembre hace frío y hay que esconderse las manos en los bolsillos y la boca detrás de la bufanda.
En diciembre, las tardes desaparecen casi tan pronto como desaparecieron de las calles los tranvías tirados por caballos. En su lugar se encendieron farolas amarillas, sustituidas a su vez por focos blancos, azulados y solos, igual de solos que los árboles, aunque hayan puestos tantos y de proporciones similares.

Si por lo menos hubiera sido Abril, cuando a las fuentes se aproximan las mamás y a las mamás, las palomas. Y a las palomas, con las alas plegadas y el pico abierto, niños anhelantes que se creen que pueden atraparlas.
Si por lo menos no fuera tan tarde. Si no tuviera que comprar algo en la pastelería de la esquina con que paliar esta espera innecesaria y triste.

Pero bueno, al final viene. Va llegando desde unos 50 metros cuesta abajo que hay. Despacio, con el vaho en pequeñas nubes que se van dejando atrás, con la nariz y las orejas tan heladas como rojas y, mientras llega, me voy olvidando de diciembre, del frío, de los pasteles innecesarios y las farolas amarillas...

Porque cuando llega, no sé por qué, pero hay que sonreír.

miércoles, diciembre 13, 2006

SEBASTIAN PELÁEZ REBELA, EN EXCLUSIVA Y EN SU PROPIO BLOG, LOS PRIMEROS RECUERDOS DE LOS QUE SE ACUERDA


Me llamaba Sebastián y venía dándole vueltas al montón de tiempo que llevaba por aquí. Con 'por aquí', me refiero al mundo, es decir al tiempo que llevo vivo, que es mucho. La verdad es que todavía me resulta sorprendente estar aquí, casi como al principio.
Siempre he pensado que esto era como un broma, pero últimamente me parece que ya no es así. ¿Por qué razón puede ser la vida una broma?. Más bien habría que decir que tu tiempo es algo más que serio, Sebastián.
Otra cosa curiosa es que, a pesar de que ha pasado mucho tiempo, no tengo tantos recuerdos. Quizás haya olvidado algunos o me haya inventado otros mejores. ¿Cuánta puede ser la fiabilidad de tus recuerdos, Sebastián?. Bastante, yo creo que bastante, aunque no tenga razones para argumentar.
La primera cosa que recuerdo ocurrió cuando tenía alrededor de 3 años. Ya en aquella tierna edad estaba muy interesado en el cálculo del transcurso del tiempo. ¿Cuánto tiempo se tarda en llegar desde la casa de mi abuela hasta mi propia casa y cómo podía saber que casi estábamos llegando, teniendo en cuenta que me llevaban en brazos y que tenía que tener los ojos cerrados?
Un problema muy interesante que había que resolver sobre la marcha, sin prácticamente ninguna referencia ya que, al ser éste mi primer recuerdo, no deberían existir para mí recuerdos o informaciones anteriores, pues posiblemente ése fuera el día en que aprendí a recordar.

Repasemos la problemática.

Tenía que fingir que dormía durante el trayecto, unos 100 metros, ya que no quería ir andando. Luego tenía que simular despertarme justamente al llegar a mi casa, así podría seguir jugando. Es decir, lo primero que recuerdo es intentar engañar a mi propia madre. Si para engañarla tenía que aprender a recordar, pues se aprendía.

CÁLCULO TEMPORAL
Debía tener algo menos de 3 años, porque esa es la edad que le saco a mi hermano más pequeño, que de haber existido en ese momento hubiera ocupado el regazo de mamá. 3x365=1095. Mil noventa y cinco días sin un sólo recuerdo que se sepa.

¿Sebastián, estás dormido? No podía decir que sí, porque se descubriría la trampa.
Ya hemos doblado la primera esquina, me dije a mi mismo, todavía tienes que esperar. Por lo tanto, antes de este primer recuerdo tenía que tener memorizado el trayecto, lo cual desbarata bastante la teoría: ¿qué fue antes el primer recuerdo o los datos incluídos dentro del primer recuerdo?.



Muy posteriormente, se ha comprobado que entre la casa de mi abuela y mi propia casa hay dos esquinas, una se tuerce a la derecha y otra a la izquierda, por lo tanto la información que disponía Sebastián, según él mismo recuerda en su primer recuerdo, era cierta.
Ya faltaba muy poco para llegar, por lo tanto había que ir pensando en despertase, aunque todavía faltaba la segunda esquina.

Aquí termina mi primer recuerdo. No consigo recordar nada más. En realidad tuve que llegar a mi casa porque si no, todavía estaría en brazos de mi madre esperando a que torciéramos la segunda esquina.

No. He mentido, no terminaba allí mi primer recuerdo, porque me acuerdo de algo más: me dije a mí mismo "la próxima vez debes despertarte antes porque si no te quedas dormido y no puedes jugar".

martes, noviembre 28, 2006

CUENTO LEJANO



Estaba yo por aquí sentado en mi mesa, cuando me pareció escuchar una voz lejana que decía:
- Oye, vamos a escribir un cuento.
- Bueno.
- Un cuento de un lugar lejano, pero con plazas parecidas a las nuestras. Un cuento inventado, pero que parezca que está ocurriendo de verdad.
- Vale.

En un lugar muy lejano, tanto que, aunque sus plazas eran iguales a las nuestras, nadie lo sabía, vivía un cuentista que alguien se había inventado. Con el cuentista pasaba lo mismo que con las plazas, es decir, era casi igual que yo mismo, que soy el cuentista de aquí, pero nunca podíamos coincidir salvo en este cuento, debido a la lejanía tan lejana que había.

- Oye, perdona, pero el cuento, aunque sea inventado, tiene que parecer que está ocurriendo y tal y como lo llevas está claro que tú eres el de verdad y yo el que no existo. Así que déjame a mí un rato, que esto no hay quien se lo crea.
- Bueno, de todas maneras no creo que nadie se lo crea, por más vueltas que le des.
- Eso ya lo veremos.

Al principio, las voces que se oían en el cuento eran la manera que teníamos de comunicarnos, pero en seguida caímos en la cuenta de que el sonido no puede propagarse a través de estas enormes distancias. Así que esas voces, esas palabras llegaban de alguna otra manera, pero ¿cuál?.
El cuentista se quedó pensado, pero no encontraba ninguna respuesta, hasta que le llegaron, no sabía bien cómo, algunas palabras desde la distancia.
Estaba claro que en estos cuentos tan lejanos, las palabras no siguen las reglas del sonido y van o vienen como Pedro por su casa. Además, y esto sí que era importante, las casas y las plazas podían no ser iguales pues, como estaban tan lejos, nadie podría comprobarlo.
Si pudiera venir, dijo el otro cuentista, estoy seguro de que encontraría diferencias evidentes.
¿Pero entonces, no estamos haciendo el cuento tal y como hemos acordado al principio?.
Bueno, y ¿qué importancia puede tener?. Nunca nadie podrá descubrirlo.
Sí, nosotros sí que podemos. Nosotros no somos unos tramposos.
Pero... ¿Cómo podemos averiguar si lo estamos haciendo bien o no?
Verás, como aquí y allí son lugares lejanos pero muy parecidos podemos intercambiarnos igual que estamos haciendo con las palabras. Por ejemplo, el que encuentre el mejor final se puede quedar aquí y termina el cuento éste, porque, la verdad, el cuento de allí está quedando bastante lioso y no creo que nadie se lo trague.
Cuando escuché al otro cuentista pronunciar estas palabras no tuve por menos que reírme. Yo ya tenía pensado el final.
Mientras él había gastado todo su ingenio en el inicio y en la evolución y los dialogos de su cuento, yo únicamente me había preocupado del final.
Ahora, el pobre cuentista lejano, tenía que inventarse, deprisa y corriendo, un final rápido que, sin duda, dejaría bastante que desear. Su cuento era mucho mejor que el mío, pero ahora íbamos a intercambiarlos, sin más.
Mientras se desesperaba, busqué en Google la palabra plaza. Me salieron millones de casos en tan solo 0,11 segundos. Las palabras a través de la red llegan con una velocidad muy superior a la propagación del sonido.
Elegí algunas de las primeras plazas que aparecieron y las anote en el cuento bueno, el que iba a ser el mío.
En efecto, he comprobado que la mayoría de ellas son casi iguales a las de aquí.
No, no somos unos tramposos.

jueves, noviembre 16, 2006

COMENTARIO DE TEXTO

El siguente texto, publicado en De cobre y otros metales, me ha parecido muy interesante e instructivo, por lo que más abajo expreso mis impresiones sobre él.


"El papel del alma caritativa corresponde a los que tienen miedo de tomar decisiones en la vida. Siempre es mucho más fácil creer en la propia bondad que enfrentarse a los demás y luchar por tus derechos. Siempre es más fácil escuchar una ofensa y no reaccionar que tener el coraje de enzarzarte en un combate con alguien más fuerte; siempre podemos decir que no nos ha alcanzado la piedra que nos han lanzado, y de noche –cuando estemos solos y nuestra mujer o nuestro marido, o el compañero, duerman-, sólo de noche, podremos llorar en silencio por nuestra cobardía".
"El demonio y la señorita Prym". Paulo Coelho


Según esto, las almas caritativas no toman decisiones por temor. Ser cobarde y bondadoso va unido mediante una especie de autoengaño.
Pero... ¿por qué se puede sentir temor a decidir?. Si la decisión afecta únicamente a quien la toma ¿de quién se ha de temer?; cuando las decisiones afectan a otras personas o se decide por ellas y, además, se hace sin caridad, es decir persiguiendo el interés
propio , es bastante lógico sentir temor debido a los naturales enfrentamientos que se deben producir donde los perjudicados luchen por sus derechos.
Pero... ¿por qué no se producen?, ¿por qué el número de enfrentamientos es inferior al de decisiones injustas?. Esto es debido a que "es más fácil no reaccionar que combatir con alguien más fuerte". Es decir, quienes deciden lo hacen en base a su fuerza y al temor que infunden en el resto, que no reaccionan por estrategia, debido a que piensan que los efectos de su hipotética resistencia serían todavía más dañinos que la sumisión.
Pero..., por último, ¿por qué hay individuos más fuertes, o qué cualidad los hace más fuertes?. La fortaleza estriba en la capacidad de infundir dolor y daño al adversario, incrementándose ésta debido a la crueldad o a la ausencia de caridad. Siempre en una confrontación saldrá victorioso quien es más cruel y puede llegar más lejos en sus ofensas.

Por tanto, los valientes deben decidir,
beneficiarse de ello y estar dispuestos, en caso de resistencia ajena, a utilizar toda la crueldad que poseen hasta llegar al apresamiento, el asesinato o la masacre, salvo que quieran poner en peligro su prestigio.
En efecto, si algún hipotético valiente decidiera seguir los principios de la justicia, sus rivales, conscientes de la caridad que lo ha debilitado, serían capaces, para reemplazarlo en sus funciones sociales, de utilizar la crueldad hasta aterrorizarlo, hasta hacerle llorar su cobardía oculto en la soledad de su lecho.

Creo que cualquier enfrentamiento del mundo real puede utilizarse como ejemplo ilustrativo.

martes, noviembre 14, 2006

AUTOPISTA DEL SUR




En la autopista hacia sur
hay líneas blancas
que marcan el camino más rápido.
Las casas se quedan atrás
en la autopista del sur,
igual que los árboles que bordean
rodeados de pequeñas flores
que las novias fotografían.
Las encrucijadas no existen
en la autopista del sur,
o, al menos, quedan ocultas
detrás de los desvíos bacheados
que continúan por unos puentes
que no tienen palabras.
Yo me voy al sur,
donde nunca hubo playas,
donde se escupe sobre la arena
y el mar ha sido apedreado.
Los autostopistas rehuyen
la vieja carretera del sur
porque la velocidad prevalece
sobre las cosas
que parecen invisibles.
Por la autopista
que lleva el sol a la espalda,
sin descansos, sin medias vueltas,
sin ti,
que esperarás hasta los encuentros.
El camino hacia el sur es hacia abajo,
como si ya estuviera herido,
sin respiro,
directamente allí,
por inercia,
como si ya nos hubiéramos despedido.

sábado, noviembre 11, 2006

ESPEJISMO




















La primera vez que me besaste pensé: soy la luna sobre el agua, aquí tenéis al hombre a quien ella está deseando hacer feliz y sentí la ovación del ganador de una carrera de vallas.
Despues, ya más meditabundo, me dije que bastaban sus deseos para justificar mi existencia, pese al esfuerzo que costaba.
¿Por qué te concedía tanta importancia? Tampoco era que hubieras realizado ninguna hazaña. Quizás saberme el elegido suponía una sorpresa que no acertaba a digerir.
Con el tiempo me fui conociendo más profundamente. Si te miras en un espejo solo se aprende a reconocer tus propias formas, las luces y las sombras. Para saberse de verdad hay que mirarse en los espejismos.
Los espejismos, espejísimos si se vocaliza lentamente, son como espejos de carne y hueso donde te ves haciendo lo que antes hacías y, en ocasiones, lo que llegarás a hacer. Un espejismo mantenido te hace sabio con solo ser capaz de recordar.
Yo te recuerdo, te recuerdo parcialmente, los ojos desesperados buscando la luz afirmativa que definitivamente los aplacase, los gruñidos de la noche que salían por debajo de la cama, la amplitud de tus brazos abiertos no se sabe si para acaparar, proteger o estrechar y la dulzura máxima, la hermosura de decir abierta e incondicionalmente: si.
Pero los espejismos a veces ocurren en el desierto y en medio de la arena te miras haciendo algo que nunca, BAJO NINGÚN CONCEPTO, imaginabas que pudieras hacer.
Entonces el verdadero triunfo se abre tras la pequeñísima cabeza que te ha quedado.
Se abre en el horizonte una pequeña brecha por donde entra un nuevo día y, al igual que la tierra, eres capaz de girar sobre tu propio eje como la marioneta que sigue en su camino al sol, fuente de todos los espejismos.



viernes, noviembre 03, 2006

DEBERES DE MEMEMÁTICAS




Señores profesores:
Respondo a este, mi primer cuestionario (examen) musical, esperando no tener que repetirlo. La verdad es que, por tratarse de una asignatura no optativa, no he seguido con demasiado entusiasmo sus enseñanzas, aunque, mi comportamiento y aplicación han sido buenos y sería bastante triste tener que repetir el curso completo o incluso tener que volver a presentarme en septiembre.

He elegido el tema del grupo SKA-P, ya que un compañero me ha dejado los apuntes. Las preguntas que dejo en blanco no venían en ellos, o yo no las he visto, ya que, eso sí, me los he estudiado "de pe a pa", aunque haya sido la noche de antes.
Si, por mor del destino, obtuviera más de cinco aciertos cedo el excedente a quien, menos afortunado que yo, pudiera ser útil. De la misma forma, aceptaría cualquier ayuda de quien se haya prestado a ofrecerla.
Por todo ello, espero que sepan comprenderme y sean generosos con sus calificaciones (repito, con un 5 me conformo, no pido más).

EXÁMEN:

1. ¿Eres hombre o mujer?: Romero, el madero.
2. Descríbete: El gato López.
3. ¿Qué sienten las personas acerca de tí?:
4. ¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental?: Pink panter
5. Describe tu actual relación con tu novia: Simpático holgazán.
6. ¿Dónde quisieras estar ahora? : El vals del obrero
7. ¿Cómo eres respecto al amor?: Sexo y libertad
8. ¿Cómo es tu vida?: Insecto urbano
9. ¿Qué pedirías si tuvieras un solo deseo?: El vals del obrero
10. Escribe una cita o frase sabia: España va bien
11. Ahora despídete: Rayo Vallecano

2º INTENTO

1. ¿Eres hombre o mujer?: El vals del obrero.
2. Descríbete: El vals del obrero.
3. ¿Qué sienten las personas acerca de tí?: El vals del obrero
4. ¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental?: Pink panter
5. Describe tu actual relación con tu novia: Simpático holgazán.
6. ¿Dónde quisieras estar ahora? : El vals del obrero
7. ¿Cómo eres respecto al amor?: El vals del obrero
8. ¿Cómo es tu vida?: El vals del obrero
9. ¿Qué pedirías si tuvieras un solo deseo?: El vals del obrero
10. Escribe una cita o frase sabia: El vals del obrero
11. Ahora despídete: El vals del obrero

lunes, octubre 23, 2006

COSAS

Ilustración: Enaire

Recojo las mariposas pegadas a la rejilla. Están secas y desaparecen bajo las raspaduras de un cepillo de raíces duras. En el suelo son menos que polvo, una amalgama de suciedad deforme y aceite.
Ordeno los libros según las disciplinas, las materias clasificadas desde antiguo. No busco. Entre las páginas no hay hojas recogidas por niños pasados que, al salir de la escuela, robaron a los arbustos del parque con sus manos pequeñas, que ya son ávidas.
Pongo mi mano sobre tu mano, como una oración comparativa. Sobresalen las yemas de mis dedos, más oscuros y recios.
Están recorridos por la sangre que gira en un circuito cerrado de ramas. Está girando durante años de paz pactada por caballeros que llevaban antorchas a la vez que las angulosas riendas, extensiones de los codos metálicos y los hocicos.
Llueve sobre alquitrán prensado y suben vapores como vaho caliente desde la boca de la tierra sellada.
Grapo las cartas con el golpe de todo el brazo cayendo. Cruje las mesa de madera encajonada, giran los goznes del mecanismo, se oye el sonido de la agrupación única.
Todas estas cosas ocurren pero sin prestárseles atención, porque ya es tarde esta tarde .

viernes, octubre 20, 2006

CONVERSACIONES



La voz tuya
y mi palabra:
Amigas y juntas
o desconfiando.
----
Mi voz tuya
y el silencio:
Echados sobre el horizonte
mirando al cielo.
---
Mi voz y tu voz
como dos ecos:
uno llega el primero
el otro vuelve.

jueves, octubre 19, 2006

ENCUENTRO CON ÉL



Al encontrarse durante tanto tiempo solo en aquel cuarto fue prestando cada vez menor atención a los ojos y a lo que le decían los sonidos. Así, desconectado, se sentía más seguro y se fueron aplacando las ganas de marcharse.
¿Marcharse, adónde?, surgió de pronto, como la pregunta que le hubiese formulado un extraño. El sitio, aunque apenas lo veía, le pareció idóneo para recuperarse, sobretodo si se preocupaba de mantener tibia la temperatura corporal abrigándose con la manta hasta la altura del rostro, mientras transcurría el tiempo.
El ojo izquierdo le lloraba y se iba, poco a poco, cerrando cubierto de legañas. A lo largo de la tarde vino una especie de enfermero que se lo enjuagó con una solución de suero fisiológico. Sin embargo, en las curas que él mismo se tenía que hacer la mayoría de las veces limpiaba el otro ojo, el sano, que se quedaba mirando el vacio incluso bajo el contacto blando del algodón.
¿Quién había allí?.
Llegó a pensar que era como una broma, pero la presencia de ese ser de dentro se hacía cada vez más evidente.
Casi todos los conocimientos que durante su vida anterior había poseído, los que siempre había utilizado y le parecían propios, los había aprendido de fuera. En algún sitio, alguna vez, los había oído; alguien se los había dicho, pero, en esta situación, iban perdiendo fiabilidad. Quizás, en alguna ocasión, los había experimentado verdaderamente sobre sí mismo, pero, en estas condiciones valían de muy poco pues el verdadero origen nunca había sido él mismo y ahora la tendencia se había invertido.
El dolor nacía dentro y tenía que encontrar la forma de sacarlo.
El ser de dentro comenzó a respirar fuerte, esforzándose en serenarse. No sabía por qué, pero no le inspiraban ninguna confianza las nuevas imagenes que aparecían sobre sus nuevos ojos inmóviles.

miércoles, octubre 18, 2006

BICICLETA ESTÁTICA



Mi mujer ha adquirido en unos grandes almacenes una bicicleta estática. Es fantástica, se puede pedalear constantemente sin ir a ningún sitio.
He estado analizando la cuestión desde diferentes puntos de vista y he obtenido unas conclusiones dignas de compartir. En efecto, la bicicleta en cuestión tiene todos los inconvenientes que puede tener una bicicleta normal y ninguna de las ventajas que te pudiera proporcionar. Puedes sudar hasta la extenuación, pedalear sin sentido, pero no te puedes pasear, ni siquiera hasta el parque próximo. Es de una inutilidad extrema.

Siguiendo el ejemplo de la bicicleta y su filosofía inherente he descubierto la escoba estática, que consiste en una escoba anclada a la pared mediante una cadena. La peculiaridad del invento consiste en que, aunque tires, solamente puedes barrer unas cuántas baldosas próximas.
Mi mujer, con quién he compartido mi hallazgo, opina que no es necesario ponerle cadena, ya que si te quedas barriendo en el mismo sitio pues ya tienes la escoba estática. Me temo que no comprende la filosofía última de estas innovaciones tecnológicas.

Una vez patentado el invento, me encuentro con el problema de su comercialización. He decidido realizar una explotación piloto en el vecindario. Para ello, he ido pegando por la calle unos anuncios que informan de la existencia de la escoba estática y se acompañan de ciertos detalles de la fabricación. Con la ayuda de unos prismáticos, desde la azotea, vigilo la actividad de mis vecinas hasta que consigo localizar a alguna de ellas utilizando de manera fraudulenta la escoba estática. Si se acompaña de alguna prueba gráfica, como por ejemplo una fotografía, suelen pagar, sin necesidad de amenazas, el canon que permite la utilización de la escoba estática durante cierto tiempo.
Si usted dispone de acceso a la terraza de su bloque y si éste se encuentra favorablemente orientado, puedo cederle, por un tiempo limitado, los derecho de explotación de la patente en su barrio, a cambio de una pequeña comisión. Por favor, póngase en contacto conmigo cuanto antes y llegaremos a un provechoso acuerdo para ambos.

En la actualidad estoy pensando en lanzar una segunda versión del invento más evolucionada. Incluye un recogedor, sobre el cual se han practicado un conjunto de agujeros convenientemente distribuidos, de manera que el polvo, una vez recogido, vuelve a caer al suelo y siempre se puede barrer algo.
Mi mujer, principal detractora de la escoba estática, opina que los agujeros inutilizan el recogedor y que, además, es más sencillo volcar el recogedor cuando se quiera, por lo que se ha negado a agujerearlo. Sigue sin comprender lo fundamental.
Para poder utilizar el recogedor para el barrido normal, estoy pensando incluir, en la oferta de lanzamiento, la idea de unos tapones de corcho que no encarecerán demasiado la inversión.

Espero conseguir resultados acordes con la audacia de estas aportaciones personales al desarrollo social de mi comunidad. Ya os contaré.
De momento, como le estoy cogiendo cierto gustillo al asunto, me voy al metro a subir durante una media hora, más o menos, cualquier escalera mecánica de bajada.

martes, octubre 17, 2006

ESPEJO




Miré al hombre del espejo.
Estaba cansado,
algo triste
o viejo.
Mucho tiempo había pasado
desde sus primeros
y únicos sueños.
Se puso serio, como siempre;
aunque quería,
se notaba lo difícil
que le resultaba,
mantener la dignidad
y las apariencias.

Pero entonces el hombre del espejo me miró
y, como era yo,
levantó su pequeño puño,
que no era gran cosa,
aunque chorreaba
colores rojo y negro.
En realidad,
el hombre del espejo,
(fracasado, algo feo,
despreciado, bastante solo)
era
justamente
lo que desde siempre
había querido ser.

Le dije: salud, compañero.
Y me dijo:
Primero ella.
Recuerda,
no sé por qué,
pero,
me lo han dicho:
primero ella.

Por Dios, no utilices
este mismo espejo para,
levantándote
quince minutos antes,
ponerte guapa
y después ir al gimnasio.
Te lo pido.

jueves, octubre 12, 2006

Cursi y además mirón



Mirándote
se ve la mujer que fuistes,
cuando atrapabas
el jugo
de la noche
por las céntricas avenidas
encharcadas.

Mirándote
se ve una llanura
recorrida por los rayos
de la noche nueva,
que no se sabe adónde
acabará
de desistir.

Mirándote
en el pequeño minuto de una tarde
o en el de un año repetido
o en el de un suspiro .

lunes, octubre 09, 2006

RUIDOS



Te escucho a lo lejos
como si fueras el tráfico,
un televisor,
el barullo maleducado de los bares.
Y te tengo que mirar,
confuso te miro:
mueves la boca,
los finos labios,
la lengua sobre los dientes,
tus cálidos brazos
que ahora,
todos juntos,
enmarañados,
aparecen como
aparatosos molinos
descomponiéndose.

Algo quieres decirme.
¡Quién pudiera alcanzar lo que,
tan importante, tienes que decir!
¡Cómo se podrá traducir
del lenguaje de las señales
al de los ritmos!

Me gustaría ser telefonista (*)
para pensar que estás tú
detrás de todas las infinitas llamadas
posibles.
Tú sola.
Blanca.
Indescifrable.
Anarquista.



------------------------------------------------------------------------------
(*) De las de antes, las que permitían las llamadas manualmente con cables
-----------------------------------------------------------------------------

LA SALIDA




Cuando la abrazaba
sentía los afilados ángulos de sus huesos.
Al ser ella de vidrio
podían dañarse muy fácilmente.

Tengo que irme, se dijo, mirando maquinalmente su reloj.

- Por favor, ¿la salida?
- Todo recto, subiendo la cuesta arriba. En un par de semanas se llega.
- Muchas gracias, ¿y ustedes por qué se vuelven?
- Es que nosotros somos negros.

Se alejó pensando cómo podían ser negros
y tener los dientes tan blancos.

viernes, octubre 06, 2006

MALETA ROJA




Cuando llegaste,
traías tu esperada maleta roja.

Al principio, vino no muy cargada.
Cruzando el pasillo,
cubriendo los vacíos en el armario.
+++
Cuando llegabas,
traías tu vistosa maleta roja.

Sobre la cama la he visto
muchas veces
traerte y llevarte
con precisión de viaje.

+++

Ahora,
a veces,
miro el rincón
de tu maleta roja.
+++

miércoles, octubre 04, 2006

¿ERAS TÚ?



Del primero,
¿eras tú?,
recuerdo que fue cogiéndote la mano.
Tu mano.

No dolió.

Después, bien no me acuerdo,
pero todo ocurrió en el mar.
¿Eras tú?.
Estábamos
rodeados
del movimiento
de las olas.

No, no dolía.

Al final,
lo reconozco,
ya no supe
como empezar
de nuevo.

Estaba muy maltrecho.
Fue por haber sufrido
antes.

lunes, septiembre 25, 2006

HAY, HAY UNA FUENTE


Debajo de la roca,
poblada de juncos
está
la voz de una fuente.

Oscura en la tarde,
la fuente se alegra
con el destello
de los primeros gorjeos.

El agua, que es lisa,
se riza y ondula
llegando a la orilla.

Los sapos se asustan
de sus propios saltos
sabiéndose feos.

Pensar en bañarse,
tirarse a la fuente,
como si no fuese cueva,
como si pozo no fuera.

viernes, septiembre 01, 2006

PALABRAS















Palabras antiguas desde la garganta.
Urdimbre de palabras recorriendo la lengua,
colgadas del aire en tu busca,
atrapando tu atención para que te acerques,
recostándose cuando te recuestas,
respiradas cómo tú las respiras.

Susurros con hambre,
volcados como secretos
sobre el pozo de tus orejas pequeñas,
seduciendo igual que si te mirara la luna fijamente,
mintiendo
sin ningún aliento de duda.

Palabras iguales
pero ahora escritas en la piel de las manos,
en la piel que se eriza como siguiendo voces,
palabras escritas a lo largo de toda la espalda curvada,
palabras rítmicas que ya no se paran,
que no sabes quién de los dos las pronuncia,
que te han hecho su presa,
buscando tu grito,
tu rendición,
tu chillido único.
Tu palabra.

MERIENDAS

Al principio se merendaba pan y chocolate. Después, para facilitar la mezcla, se sustituyó el chocolate por “nozilla”, que se unta fácilmente con la ayuda de un cuchillo.
En la actualidad, las meriendas son variadas y cada cual, según el día, merienda una cosa diferente, lo que más o menos le parece bien, dentro de lo posible.
Pues bien, ayer, mientras merendaba chorizo de Pamplona, vi un árbol un tanto particular. No nacía directamente de la tierra, sino desde el interior de un pozo. El pozo debería tener alguna grieta que, en contacto con la tierra y con la humedad inherente, se había convertido en un terreno muy fértil.
Quién sabe, quizás alguien, cualquier tarde, haya merendado un melocotón, por ejemplo, y, sin darse cuenta, el hueso del melocotón haya acabado justamente en el nido que un vencejo había construido sobre la grieta antes de la emigración. De ser esto cierto, nos encontraríamos ante un ejemplar de melocotonero, cosa que todavía está por confirmar.
El árbol es fuerte, pero solo se le ve un poquito desde fuera, aunque ya el resto de los pozos se han dado cuenta del hecho. En la zona de las meriendas siempre ha habido multitud de pozos, donde poder arrojar piedras y gritar para escuchar el eco.
Al principio , cada uno íbamos al pozo que nos parecía bien, pero, para facilitar la mezcla, después nos fuimos juntamos por grupos alrededor de aquellos que tenían ya cierta clientela. A partir de ahora, mucho me temo, que todos querremos merendar junto al pozo del árbol y, cuanto más crezca, más piedras, más gritos, más meriendas diferentes bajo su protectora y distinguida sombra.

jueves, agosto 31, 2006

LAS DOS ESFERAS



Yo vivo en la esfera normal, donde hemos estado viviendo durante todo la vida, pero Henar se ha mudado a la otra esfera, la emocional, la imaginativa, y me ha dejado aquí solo.
No estoy tan mal como se pudiera imaginar desde aquella otra esfera, pero me acuerdo bastante de ella. Hay veces que cierro los ojos e imagino que vuelve para siempre, pero no puede ser.
Sin embargo, Henar vuelve a veces, para las Navidades, algún fin de semana, ..., pero está claro que allí se vive mucho mejor. Únicamente vuelve porque sabe que la necesito. Está un par de días, lo mínimo para tranquilizarnos y se marcha. En el fondo, todavía me quiere un poquito.

Aunque le pregunto, nunca me cuenta mucho de su nueva esfera. Sólo dice lo que es evidente, que si es diferente, que si allí la gente es luminosa, que si son felices. En fin, que nunca hay conflictos, es decir, todo lo que a cualquiera se le puede ocurrir.
También a mí me gustaría hacer lo que hace ella: poder ir y venir de vez en cuando, pero si yo me voy seguramente ya no regresaré jamás. Además, ¿quién iba a trabajar entonces?, ¿quién iba a conseguir el dinero que necesitamos para vivir?.
A Henar, cuando vuelve, estas cosas no le importan. Me mira, parece que me escucha pero como si no me entendiera. Debe de estar muy evolucionada para prestar atención a estas cosas tan pequeñas.

En la esfera emocional no se ha inventado el dinero, los intercambios se hacen por otros criterios más humanos: “Si le caes bien al verdulero, pues te regala la fruta y ya está". Todo esto me parece muy bien, pero es lo que le digo yo: "y si te toman manía y nadie quiere darte nada". Pues, está claro, que te mueres de hambre. Si ni siquiera se puede robar, ya que allí nunca hay conflictos. Mucho sentimiento, mucha luminosidad, pero te mueres de hambre como está "mandao".

Hombre, no creo que sea tan exagerado pues la verdad es que a Henar, cuando viene, se le ve bastante bien, aunque siempre suele llevarse bastantes cosas: fotografías, galletas, imperdibles... La imagino, con su vestido blanco, regalando todas estas cosas a los que le caigan bien. Claro que tampoco es tan extraño, al fin y al cabo, yo también le he regalado muchas cosas aunque no me haya ido a ningún sitio.

viernes, agosto 25, 2006

PINTOR Y LUZ

El pintor Juan Luis Rodado se quedó en Alicante. Una vez llegó de visita como un turista cualquiera y fue, poco a poco, demorando su partida. Así ha sido hasta el día de hoy. Ahora, después de varios de años, puede decirse que Alicante es su residencia definitiva.
J. Luis, en verano y en invierno, por la mañana y por la tarde, toma su caballete y se sitúa en su rincón: playa de San Juan junto a la vieja plazoleta, escorado, entre el mar, los palmerales y la lontananza del cabo de Huertas. Con este fondo retrata a los turistas interesados. Estudia sus rostros, sus expresiones y los incrusta en el lugar que tan bien conoce. Parece como si, desde siempre, hubieran formado parte de la plaza. Si, llegado el caso, ningún turista se presta a ser retratado, para J. Luis no existe ningún problema, el paisaje en sí es suficiente motivo para trabajar.


Parece extraño que un pequeño paraje haya acaparado tan poderosamente toda la atención, toda la energía del pintor. Se diría que en este pequeño lugar está volcado todo su arte. Si quisiera, podría pintarlo de memoria desde cualquier ángulo, hasta el más mínimo detalle, pero, cada nueva vez, el ojo voraz de pintor continúa escrutando como si fuera la primera, indagando el tono de cada matiz, comparándolo con lo registrado una y otra vez en su cerebro.
Y cada día, admirablemente, descubre nuevos secretos, pequeñas sutilezas que le sorprenden. Tras cada hallazgo, siempre se hace la misma pregunta que no acaba bien de comprender: ¿Cómo no me habré dado cuentas antes de esto, si es así, si siempre ha sido así, si es evidente...?

J. Luis está seguro que esta plazuela abierta por dos costados a la luminosidad del mar será recordada por su obra, que dentro de pocos años llevará su nombre: Plaza del pintor Rodado, dentro de algunos años más, alguien, después de haber visitado un museo en cualquier parte del mundo, tendrá la necesidad de venir a Alicante, de buscar este lugar, de verlo con sus propios ojos y entonces, en la mirada de ese desconocido, cuando ya J. Luis haya desaparecido, volverá a estar presente la verdadera esencia de este lugar, igual que, ahora, día tras día, está siendo interpretado bajo la profunda forma de ver del artista Rodado.
Pero todos estos desvaríos no le ocupan más de algunos segundos.

A veces, el pintor piensa que estar restrigido a cuadros tan repetitivos puede estar restándole potencial creativo, entonces se impone la tarea de buscar otros temas. Con disciplina consigue abandonar su plaza y pintar algún otro paisaje, alguna nueva escena, pero no es, en absoluto, lo mismo. Las nuevas imágenes son como desconocidos con los que hay que guardar las distancias y la profundidad ya no es posible.
Al día siguiente, arrepentido, como si hubiera cometido alguna infidelidad, vuelve de nuevo a su rincón, inmerso en la tarea a la que está dedicando su vida de manera más que satisfactoria.

No obstante, cuando el autor mira sus cuadros terminados hay algo que no acaba de convencerle completamente. Se podría decir que ha encontrado su paisaje: el mar, las palmeras, las piedras grises,... pero le falta algo, algo imprescindible, el rostro que encaje con aquel lugar, que lo impregne de naturaleza humana.
Cada día espera la llegada de su modelo. Cuando algún turista se sienta frente a él, cuando inicia la tarea de analizar sus rasgos una frase acude a su mente: “¿Será él?” y, posteriormente, con tristeza: “No, éste no es”.
¿Cuántos años serán necesarios para encontrarlo?. A veces se sienta en las terrazas del paseo marítimo y se distrae observando los rostros. Temporada tras temporada van cambiando, los rostros jóvenes van madurándose, aparecen nuevos rostros infantiles y se echa de menos algunos que se habían convertido en familiares, pero el que él espera todavía no ha llegado. Quizás nunca lo haga.

Ya es tarde, es la hora de recoger. Limpia y guarda con paciencia los pinceles. Antes de ir a casa se pasará por el mercado que todavía debe estar abierto. Comprará algún pescado para la cena y una buena botella de vino. También algún capricho para mañana domingo. De vez en cuando, hay que regalarse algo extraordina...
Entonces la vio.
Entre la gente, caminando tranquilamente hacia el rincón donde tiene instalado todavía su puesto. Llevaba un sombrero, un vestido claro, despedía una luminosidad indefinible.
Era Ella. Su modelo.

J. Luis Rodado no sabía muy bien qué hacer. “¿Qué se hace cuando se encuentra así, sin esperarlo, lo que desde siempre se ha estado buscando?”. No lo sabía.
La podría convencer con miles de argumentos. Hablarle de colores, de contrastes, de tonos satinados. Esa plaza y ella eran completamente complementarios, como el rojo y el verde. Pero nada de eso dijo, solamente esperó su llegada y mirando sus ojos semejantes a dos nubes lejanas le preguntó:
- ¿Cómo se llama?
- Luz
- ¿Puedo pintarla, por favor?
- Si.

Nada sabemos de Luz y posiblemente nada conseguiríamos saber por mucho que investigasemos. Era una extranjera, una mujer extraña, yo creo que de un mundo muy diferente (quien quiera conocer algo más sobre Luz debe acudir a este otro blog, de donde es originaria).




Albina, la claridad de su piel se mezclaba con la de su vestido y, ésta, con la de sus alargados cabellos, cubiertos con un luminoso sombrero.

El pintor J. Luis Rodado, nacido en Villainfantes de Don Quijote el 14 de Abril del año 1954, a sus 52 años, se encontraba frente a su trabajo más difícil, estaba a punto de ejecutar lo que sería su obra maestra.
La hora no era propicia (demasiado tarde), las sombras se alargaban en odiosos tonos azulados, pero los ojos del artista ya se habían puesto a trabajar. Matemáticamente, separaba el grano de la paja. Esbozó rápidamente la figura de la mujer incrustándola como la pieza de un puzzle en la plaza, esa plaza abierta en dos de sus laterales al ondulante mar.
Con ella presente cada trazo, tantas veces repetido , cobraba un nuevo significado, una nueva dimensión que la mirada del pintor sabía desentrañar hábilmente. Sin indecisiones el trabajo avanzaba. Únicamente la piel albina de la mujer provocaba alguna dificultad para encontrar tonalidades tan sutilmente aproximadas al puro color blanco. Poco a poco, los trazos del pintor iban haciendo surgir del lienzo la realidad de la plaza.
Entonces la muchacha sonrió. Fue una sonrisa leve, pero suficiente para azuzar el rumor del mar, para balancear ligeramente las altas ramas de las palmeras.
Había que cambiar todo, casi empezar desde el principio.
J. Luis Rodado había estado tanto tiempo preparándose que, de manera inapelable, iba corrigiendo pacientemente pincelada tras pincelada hasta que, tras una pequeña pausa para ver la obra en su totalidad, la dio por terminada.
Respiró satisfecho. El cuadro se llamará: “Luz en la plaza del pintor Rodado”

Iba ya a quitar el lienzo del caballete para mostrárselo a su modelo cuando se dio cuenta que la mujer prácticamente no estaba. Únicamente existía una silueta. La piel de la muchacha era tan blanca, tan uniforme que las sombras eran imperceptibles.
El rostro del pintor se demudó.
Miró el cuadro, miro su modelo. Todo estaba proporcionado, todo encajaba pero la mujer no estaba, había desaparecido del cuadro.

Entonces Luz intervino:
- No te preocupes, siempre me pasa lo mismo. Ni siquiera salgo en las fotos. Como soy tan blanca nadie ha conseguido dibujarme todavía.
J. Luis Rodado no comprendía nada. Por más que miraba al cuadro no conseguía percibir ningún error por pequeño que fuera.
- Lo volveré a intentar mañana, pasado mañana, los días que hagan falta... Lo mejor será probar a una hora anterior. Con más luz, con mucha luz.
- Con más luz es imposible, mejor de noche. Vas a tener que utilizar alguna técnica rara. Una vez alguien intentó pintarme cambiando los colores, como un negativo. La verdad es que, aunque se veía completamente negro, en algo sí que me parecía.

J. Luis, apesadumbrado, le extendió el cuadro para que, por lo menos, pudiera admirar la plaza, el mar, las piedras grises y las alargadas palmeras.
- Toma, es el primer intento. Te lo regalo.
- “Anda, estoy sonriendo”, dijo Luz.

En efecto, entre las sombras de las palmeras y el sonido del mar allí estaba la sonrisa de Luz, y, perfilando la sonrisa, los hermosos labios, la brillante expresión de sus ojos, los albinos cabellos de la muchacha bajo el blanco sombrero.
- Muchísimas gracias. No sabes la alegría que me das. Llevo años buscando algo así.

Y acercándose la modelo besó los labios del pintor.

Que se sepa, es la única vez en la historia que un fantasma, un ser del otro mundo, ha besado a un ser de carne y hueso, como nosotros.

Mientras Luz se marchaba hacia no sabemos donde (insisto, quien quiera saber algo de este personaje lo ha de buscar en un mundo diferente), el pintor acertó a decir:

“Nieves en la plaza del pintor Rodado”, el cuadro se llama “Nieves en la plaza del pintor Rodado”.

viernes, agosto 18, 2006

ME GUSTAS















Le gustas cuando callas
porque estás como ausente.
A mí, cuando te escondes
por detrás de ti misma,
cuando no tienes nombre
anónima perdida.
Me gusta que rebusques
mujer insatisfecha,
pero lo más que te amo
es que te falten fuerzas
mínimamente dignas.

jueves, agosto 17, 2006

El mundo a partir de una baldosa


A la edad de veintisiete años se dio cuenta que se encontraba en el mundo; hasta entonces algo sospechaba pero nunca tuvo una conciencia clara del significado.
Este descubrimiento lo hizo mientras miraba una de las baldosas del cuarto de baño. La baldosa atrajo poderosamente su atención y, al cabo del tiempo, el silencio se hizo patente como una señal clara de confirmación. Durante un instante quedaron aislados él, la baldosa y el silencio, como lo único que era necesario para percibir este misterio, o al menos así fue como a él le pareció.

A causa de la forma cuadrangular de la baldosa concibió el mundo como estructura repetitiva que contenía, capturaba y daba soporte al resto de las cosas, como cuando te invitan a una casa y vas de visita.
Las ciudades, los paisajes, cada niño son así porque el mundo los ha atrapado, los ha hecho suyos asignándoles una posición, una función dentro de él. No hay posibilidad de poder escapar. El mundo consiste en las cosas que contiene.

Pertenecer a este mundo parece increíble, llena de perplejidad. Si hubiera descubierto el mundo oyendo las olas o probando un pastel de chocolate, por ejemplo, la sensación que le transmitiría sería complemente diferente. El mundo no puede ser de otra forma, sino tal y como se percibe. Salió del váter muy callado, contemplando.

Desde entonces se fija más en las cosas, ahora le parecen distintas.

miércoles, agosto 16, 2006

ASOCIACION PARA LA LIMPIEZA DE MONEDAS


Como es bien conocido, las monedas son con diferencia el instrumento de intercambio masivo más utilizado; de ahí la necesidad de su desinfección y limpieza. Nosotros, la asociación para la limpieza de monedas, MCPA (Money Cleaning and Pestering Association), implantada en todo el mundo, realizamos esta importante función social.
Sin nuestra intervención, las monedas serían el principal foco de contaminación y transmisión de enfermedades existente. Piénsese el estado de desamparo en que se encontraba la humanidad antes de nuestra fundación, en 1251, tras la epidemia de peste negra que asoló Europa.
Nuestros agentes voluntarios, diseminados por todo el mundo, se sientan en las esquinas pobremente vestidos, para encubrir de alguna manera la importante tarea que realizamos y que no cunda la alarma social, y solicitan humildemente las monedas. Una vez en nuestro poder son convenientemente tratadas y desinfectadas, poniéndolas de nuevo en circulación.
No obstante, debido a un cambio en los hábitos caritativos de la clase media, hemos observado una disminución preocupante del número de monedas tratadas en los últimos años.
Solemos introducir publicidad en TV de uno de nuestros productos limpiadores: "Cilit Bang", pero el ciudadano medio continúa inexplicablemente sin desinfectar sus propias monedas.
Hace unos años, como medida excepcional, tuvimos que cambiar todas las monedas en la mayoría de los países europeos inventándonos el euro, ya que el grado de contaminación era alarmante.
Otra vez nos estamos acercando a esos niveles sin remedio. Una minoría de personas, altamente responsables, " se olvidan" las monedas en los pantalones y las lavan junto al resto de ropa. Este gesto, muy loable por otra parte, no es sin embargo efectivo ya que únicamente se elimina un 6% de suciedad.
Por favor, conciénciese. Colabore con nosotros. El intento de introducir de tarjetas de credito no ha dado los resultados esperados. Los gobiernos están desesperados pero no se atreven a confesar la amplitud del problema. Somos la única solución posible.


Junta Rectora de la Asociación para la Limpieza de Monedas.
Federación Nacional de los países de España, Andorra y Portugal.

lunes, agosto 14, 2006

DOLENCIA MUSCULAR



Nadie me había alertado de lo que era una consulta “multiactiva”, es decir, donde el diagnóstico se obtiene a partir de pruebas y análisis “in situ”, así que, como era la primera vez que acudía, iba completamente desorientado. Llegué antes de tiempo y una especie de enfermera, muy simpática, sin parecer esforzarse en serlo, me atendió al llegar. Le expliqué mi caso por encima, un pie que se quedaba "dormido", con pequeños calambres, cuando me encontraba inactivo en ciertas poisiciones.
Muy bien, debe ser de la circulación de la sangre. Como en la sala de espera había otro paciente con una dolencia similar a la mía, empezarían enseguida a tomar datos. La enfermera nos presentó. Por lo visto íbamos a seguir la terapia en común. Mientras el doctor disponía de tiempo, debíamos contarnos el uno al otro nuestras respectivas dolencias y cómo creíamos de se deberían resolver. La conversación se estaría grabando. Los datos que se recogen en el inicio son de vital importancia ya que no están influenciados por ninguna de las pruebas posteriores, nos advirtió la enfermera, para que fuéramos tan sinceros como nos fuera posible.
Mateo, el otro paciente, según contaba, no era capaz de doblar la rodilla izquierda tanto como la derecha, por lo que sus andares no eran simétricos. Si continuaba así posiblemente derivaría en una lesión de columna. Para resolverlo, me dijo, se podía mediante un mecanismo limitar el movimiento de la rodilla sana pero él prefería dotar a la otra del movimiento normal.
Iba yo a contarle lo de mi pie, bastante mosqueado, por cierto, pero me dijo que no: como yo era nuevo en esto no conocía las normas, ya que antes de revisar un segundo caso teníamos que formarnos una opinión conjunta sobre el primero. A mí, me parecía bien su planteamiento y no tenía mucho que añadir, pero Mateo no estaba del todo convencido. Me hacía preguntas sobre su rodilla, sobre las formas de andar, se levantaba y ensayaba cada movimiento... En resumen, que estaba yo allí, recién llegado, sin saber absolutamente nada de medicina, intentado convencer a un enfermo, basándome en los disparates que de buenas a primeras se me iban ocurriendo, que el mejor tratamiento posible para él, era justamente el que él mismo había dicho antes. De locos. Como la cosa no avanzaba, entre medias, Mateo me contaba el funcionamiento tan vanguardista de estas nuevas terapias y la total fe que dispensaba al doctor y a sus procedimientos. Son los más avanzados de Europa, fue lo que dijo, sólo comparables a los del Instituto Clínico de La Habana y, por supuesto, a los aplicados, ya en fase extraexperimental, en el Japón.
Por fin, Mateo descubrió algo en su rodilla enferma que lo convenció de manera tajante para ejercitarla. Sin duda, en breve, estaré completamente recuperado, concluyó.
Había llegado mi turno. Le miré de arriba abajo, pero Mateo seguía sin inspirarme ninguna confianza. Le expliqué, no obstante, lo de mi pie y como terapia propuse un par de semanas de reposo y recuperación. Pareció conformarse con mi criterio e incluso lo apoyó con algunas observaciones, pero cuando menos lo esperaba se le ocurrió la teoría de la intervención quirúrgica. Era muy sencillo. Se abría a la altura de no se qué huesos y se exploraban los tendones para disponerlos en la posición correcta.
Iba yo a replicar que no estaba dispuesto en absoluto a operarme, cuando a través de la Megafonía se anunció mi nombre completo. Mateo me indicó que debía de dirigirme a la sala que se encontraba al final del pasillo, hacia donde me encaminé. Enseguida apareció la enfermera, cuya sonrisa se había desvanecido, indicándome que debía seguirla. Entramos en una especie de sala de intervención decorada completamente en blanco donde dos camillas se alineaban en paralelo. Cuando estaba cerrando la puerta, por el fondo, observé como traían a Mateo en una silla de ruedas.

En las intervenciones multiactivistas dobles suelen obtenerse resultados extraordinarios. Mateo y yo fuimos tratados en paralelo con evolución óptima de ambos.
La sana competencia o competición que se establece entre los enfermos potencia la recuperación, incrementándose el nivel de calidad de la sanación y disminuyendo el tiempo de convalecencia.
Si a esto se añade la tarjeta sanitaria por puntos (cada vez que enfermas te quitan puntos y cuando te recuperas, según el tiempo invertido, se van sumando) el nivel de salud aumenta exponencialmente.

Me recuperé, tras dura pugna, antes que Mateo, pese a su larga experiencia (3-2, despues de la prórroga). En la actualidad, tras unas cuantas competiciones sanitarias más, me encuentro en semifinales de la división de "Traumatología: recuperación de extremidades". Como se ve en la imagen, a falta de dos días, voy ganando por 6 a 2. Se puede decir que el año que viene ascenderé a primera división de profesionales: "Cirugía estética".
Ya os contaré como me va en la división de Honor. El objetivo en principio es la permanencia dentro de la categoria, pero no renuncio a nada. Yo creo que podré mejorar bastante: mentón, narices, liposuciones... Quien sabe, puede que el año que viene me encuentre en competiciones europeas.

jueves, agosto 10, 2006

Letra j

j,
juntos hemos vivido mucho tiempo,
tú, que empezaste jaleando
que estás por trabajar,

a tí, j, te pido
jolgorio y jodienda
hasta su término, según el reloj.

miércoles, agosto 09, 2006

El aire tiene alas




A ella le gustaban los pájaros y el viento. Los miraba acercarse juntos, recortados sobre la claridad del campo lejano. No parecía que pudieran existir los unos sin el otro. Cuando los pájaros vienen, las ramas se curvan y suben hasta arriba las cometas.
Todavía lejos, los miraba de frente, confundidos, y el aire en sus cabellos, que era quien llegaba primero, le hacía que creyera que también, algún día, ella se iría como cualquier otro pájaro.

lunes, agosto 07, 2006

PREMIO ÚNICO



Cuando a Henar le tocó la lotería se puso muy contenta y como no sabía muy bien lo que tenía que hacer, hizo lo primero que se le ocurrió que fue subirse a la terraza y ponerse a bailar. Allí fue anocheciendo y como se le había olvidado la música abajo estuvo bailando mirando a las estrellas hasta que parecida a una de ellas se fue quedando dormida, como si fuera un sueño.

El día siguiente no llegaba (las noches en una terraza suelen hacerse muy largas) y la cabeza de Henar, a causa de la excitación que provocan los deseos largamente anhelados, empezó a impacientarse, llegando incluso a dudar que la fortuna le hubiera sido tan favorable. Como su cabeza se impacientaba, Henar le encargó varios ejercicios. El primero consistía en meditar acerca de lo que, en estos casos, resultaba conveniente hacer. Y la verdad fue que tuvo mucha suerte, ya que enseguida, mucho antes de que lo tuviera resuelto completamente, se hizo de día y pudo ponerse manos a la obra.

Estas eran las actividades que la cabeza de Henar, en su análisis, había dispuesto ejecutar de manera secuencial durante la mañana siguiente :

  • Bajar de la terraza
  • Bajar al baño y lavarse
  • Desayunar leche con miel y tostadas
  • Deshacer la cama
  • Comprobar que el billete de lotería existía
  • Bajar a la calle y comprar el periódico
  • Comprobar que el número del billete de lotería coincidía con el número premiado que viene en el periódico
  • Ver el premio que le había correspondido y apuntarlo en un papel.
  • Almorzar té con limón y galletas saladas
  • Ir a donde tuviera que ir para que le dieran el premio.

No obstante, como ya era muy rica, Henar se dio cuenta que no tenía por qué seguir instrucción alguna por mucho que hubiera sido su cabeza quién la hubiera decidido, así que trastocó los planes y se quedó en la terraza sin querer bajar.

Mientras, en el piso 3º-A había un terrible revuelo. Se descubrió que Henar no había pasado la noche allí, debido a que nadie la había escuchado lavarse y, además, para colmo, su cama no estaba deshecha. Se pusieron a buscarla por todos los sitios, sin resultado.

Llamaron a todas sus amigas, en casa de las cuales, en ocasiones especiales, fingía irse a dormir cuando en realidad se iba a dormir a otro sitio.

Como sus amigas no estaban avisadas, no sabían bien qué decir y se inventaban excusas inverosímiles que, únicamente, provocaron un gran desasosiego en el ánimo de su enormemente desgraciada abuela, que era quien más la quería, aunque no solía demostrárselo.

Estas fueron las excusas que, desde el más puro desconocimiento, inventaron en cuestión de breves segundos las amigas de Henar:

Eva: Henar había dormido en su propia casa, pero, a la hora de marcharse, se había quedado encerrada en el ascensor con otra amiga. En pocos minutos llegaría el técnico y las rescataría.

Laura: Al día siguiente tenían un examen de Ciencias Sociales y Henar se había quedado a estudiar toda la noche con una amiga cuyo nombre no recordaba. Si querían encontrarla debían ir al instituto a las 12:00, hora del examen.

María: Henar había salido de su casa hacía unos cinco minutos. Iba en un taxi. Si el tráfico no presentaba problemas, estaría a punto de llegar.

Cuando estaban a punto de llamar a la policía, a Henar le dio por bajar de la terraza y confirmó lo que realmente había ocurrido. En efecto, había estado estudiando Ciencias Sociales en casa de Eva, quedándose encerrada con María en el ascensor, a la cual, después del susto, había acompañado en un taxi a su casa.

También les dijo que le había tocado la lotería y que ahora se iba a cobrar el premio, aunque a esto último nadie prestó atención, no se sabe si porque no se creyeron nada o únicamente esto último.

viernes, agosto 04, 2006

La boca de Henar


La boca de Henar es pequeña, parece como si no existiera. El caso es que está ahí, equidistante, a medio camino entre la curva de la garganta y el nacimiento de la nariz, pero no deja de ser una leve insinuación sin importancia.
Henar nunca abre la boca, no habla, le da vergüenza. No sé, si de pronto se pusiera a articular palabras como cualquiera de nosotros, yo creo que nos miraríamos los unos a los otros asombrados, intentando descubrir de donde podrían proceder aquellos misteriosos sonidos.
Henar tampoco come, tampoco bosteza. De no utilizarse, los labios de Henar, han ido adquiriendo un tono blanquecino, algo amoratado, como la palidez de un difunto asustado.
Henar, en lugar de hablar, mira, hace gestos con las manos, y, sobretodo, sonríe. Entonces, la cara entera se le ilumina como si, en medio de la noche, un alubión de rayos inundara un espejo. Se diría que desde siempre ha estado sonriendo por la intensidad del brillo que desprenden sus ardientes pupilas, su felina mirada.
Con Henar se puede ir al campo, al cine, a los bulevares llevándola por la cintura. En el centro de la oscuridad cobra protagonismo. Mirándola parece que se mirase una lejana leyenda sobrecargada de significados. Mirándola parece que una pregunta oculta se hace presente como si fuera una piedra. Entonces los pequeños labios comienzan a cobrar vida, a latir con el volumen de una respiración incasable, a crecer hasta ocupar las aceras, los patios, las pantallas de los cinematógrafos y se te acercan al centro de tu diminuta cara hasta que el calor del movimiento de la saliva te absorve tanto que quisieras decir: “Yo también te quiero”, pero no puedes.

jueves, agosto 03, 2006

10 DE LA NOCHE


A partir de las 10 de la noche tengo la costumbre de apagar las luces y empezar a reírme. Lo hago casi todos los días, es mi único vicio.
Como ya es tarde y la verdad es que no se ve nada, empiezo a reírme de los golpes que, sin ton ni son, me voy sacudiendo en mi desesperado deambular, ya que, en contraposición con mi naturaleza tranquila, en cuanto la luz desaparece no me puedo estar quieto, así me maten. Después de los primeros impactos de calentamiento y, posiblemente a causa de ellos, la euforia va apaciguándose y en su lugar me domina una serena calma.
A estas alturas me encuentro tirado en cualquier rincón de la casa que, por supuesto, desconozco. La siguiente preocupación que me inquieta consiste en procurar moverme lentamente para evitar los destrozos de los pocos objetos ilesos que todavía resisten en la casa. Cada caída supone un nuevo acicate para mis irrefrenables ganas de reir. Presto atención, me muevo con cuidado. Me aguanto las carcajadas como puedo. A lo lejos escucho a mis vecinos, los cuales tienen ocurrencias parecidas a los mías. Ellos también suelen emplear la oscuridad con alevosía, pero en lugar de reírse, a ellos les da por quejarse mucho y sobre todo llorar. Les gusta muchísimo llorar:
"¡Ay, ay, como me duele la rodilla, he debido arrearme contra el radiador!"
Imagino la pierna hinchándose y muerdo con agonía mi propio brazo para reprimirme y por lo menos no llegar a mearme de risa.
"¡Ay que lástima, donde estará mi pobre hijo. Solo tenía 17 años!"
Sí, es verdad, sólo tenía 17 años, pero bien que nos jodía subiendo y bajando con la moto a todo trapo.

Me desespero, ¿cuando conseguiré llegar al interruptor para poder parar de reirme?. Siempre igual. Un día tras otro, siempre lo mismo, sin remedio. No puedo superarlo. Poco a poco voy tomando conciencia de la situación en que me encuentro. Una terrible tristeza se apodera de mí.
¿Qué estoy haciendo con mi vida?. ¿Cómo no acabaré de una vez con todo esto?.
Un nudo me aprieta la garganta. Casi me cuesta respirar. Las lágrimas se agolpan en los ojos y empiezo a gimotear entrecortado, como un niño.

A lo lejos escucho de nuevo a mis vecinos. Los muy cabrones no paran de troncharse de risa.

lunes, julio 17, 2006

EL CASO DE DOS


Él era un signo de tierra
que se había quedado a pastar
junto a un pequeño pozo en la sombra.

Ella tenía las manos calientes,
pues, de pequeña, se quedó atrapada
mirando la llama que asciende a partir de cera líquida.


Él no se movía de los alrededores,
ya que estuvo perdido algún tiempo
en unas lejanas colinas violáceas.

Ella llevaba una cantimplora metálica
cuando se iba por el mundo de viaje.

El le preguntó su nombre
y ella le dijo donde creía haber nacido.

Si hubieran sabido geografía,
ni ella se hubiera quedado,
ni tampoco él la hubiese seguido.

2 EXTRAÑOS

La primera vez que se vieron
fue en una colección de miradas
que se estaba quedando casi vacía.

Después coincidieron alguna vez
entre observadores anónimos
que circulaban con prisa,
pero como no se conocían
se ignoraron mucho mutuamente,
si no fuera porque sus imágenes
quedaron grabadas en el fondo de sus retinas.

A veces se acordaban
de aquella figura extraña
que parecía querer desgajarse
de la multitud. Era como una llamada,
una voz huyendo de la lejanía.

Ahora ya no se miran.
Además se fueron quedando mudos
sintiéndose.

miércoles, junio 28, 2006

¿CUANDO VUELVES?



Dedicado a Fulanita

Las llaves, cariño, te las dejastes encima de la tapa del piano. ¡Vaya despiste que tienes, guapa!. Te las pongo debajo de la alfombrilla de la entrada por si te pasas cuando ya me haya ido.
He pensado que esta tarde voy a ir al super. Ya tenía yo ganas de hacer una compra en condiciones. Voy a llenar la nevera hasta arriba, como Dios manda. Así, cuando vuelvas, no echarás nada en falta.
Ayer por la tarde me dió el punto de hacer la colada. Tampoco es que sea gran cosa, la puse en la letra "B", según me dijo Maruja. Digo yo que sería que, como tú ya no estás y no echaban nada interesante en la tele, pues algo tenía qué hacer para entretenerme.
También he limpiado un poco. Por cierto, tu ropa la he puesto en la parte izquierda del armario, parecía que por esa zona había más cosas tuyas. No sé si habré acertado.
Bueno, ya sabes, cuando quieras puedes venir a casa, te estaré esperando. Ah!, te advierto, sólo he planchado la ropa que me ha parecido imprescindible. Cómo es tan aburrido, pues tampoco es plan de ser más papista que el papa.
Pues nada, lo dicho, vuelve cuando puedas. ¡Vaya descuido lo de las llaves, eh!. Fulanita, ya sabes que me acuerdo mucho de tí, muchísimo. Pero cuando más me acuerdo es a la hora de apagar la luz.

martes, junio 27, 2006

HIPERSOMNIA



Cada vez me cuesta más trabajo levantarme. Por ahora, desde que suena el maldito despertador, necesito unos veinte minutos para incorporame medianamente al mundo de los despiertos. De los días de fiesta, ni hablamos.
El caso es que cada día que pasa voy necesitando más y más tiempo, pero esto no es todo. Poco a poco, el yo durmiente está aprendiendo a hacer cosas que creía impropias de él. Por ejemplo, puede meterse bajo la ducha en una especie de modorra inconsciente que el agua calentita incluso acentúa. Puede ponerse los calcetines y componer las ataduras de los zapatos entre interminables bostezos, naturalmente con los ojos completamente cerrados. La verdad es que ignoro hasta que punto podrá o habrá llegado ya.
En resumen, el durmiente va avanzando tranquilamente, instalándose en un mundo que no le corresponde y para el cual no está preparado. Tengo que encontrar un freno a tanta invasión. Estas cosas tarde o temprano se acaban pagando muy caro.
Voy a tener que empezar a tomar café antes de salir de casa (ducharme con agua fría me parece demasiado cruel y no creo que lo soportase).
Siempre me he preguntado por qué hay tantas personas aficionadas al café. Cierto que su aroma es muy agradable, cierto que es una estupenda excusa para dejar por un momento el trabajo y reunirse junto a la máquina con el resto de cafeteros. Pero estoy empezando a sospechar otra cosa. Pudiera ocurrir que ellos también fueran durmientes, como yo. Podrían haber sufrido estos síntomas antes que yo. Quizás, todos ellos han estado nesesitando el café durante mucho tiempo, igual que yo lo necesito ahora. Me gustaría averiguarlo. Nunca se sabe cuántas sorpresas pueden guardar los que simplemente se encuentran a un paso.
De todas formas, no creo que el problema sea demasiado grave, entra dentro de la lógica. No tiene sentido que dos mundos tan diferentes como la vigilia y los sueños, estén en contacto permanente sin que entre ellos se produzcan injerencias. Es más, ahora recuerdo que yo estuve también en el otro bando, en el bando de los insomnes, los que toman pastillas. Fue durante unas semanas, los días que precedieron a una boda. Debía de estar muy preocupado, tanto que casi no podía conciliar el sueño. Pero esto es ya muy lejano, aunque viendo los resultados, como ahora puedo verlos, la verdad es que no era para menos.

jueves, junio 15, 2006

HA LLOVIDO


Los cristales están húmedos, fuera ha llovido. Una pequeña tormenta ha renovado el aire aunque resiste un sustrato de gas. Fuera ha llovido, el día de ayer ha desaparecido. Se ha evaporado como vaho.
En una pira de fuego algunas tablas viejas están consumiéndose. El humo sube desde el descampando donde la piedra caliza se confunde con la tierra. Unos obreros se han juntado alrededor como si fueran un pequeño pueblo, como si tuvieran que cruzar, durante años, un desierto.
Antes estaban esparcidos por la calle como si fueran madera.
Fuera ha llovido sobre un montón de leña que ardía movida por el aire. Las gentes abrían sus paraguas al salir del Metro, dispersándose. Las gentes se acomodan la ropa y caminan erguidos sobre sus negros zapatos. La gente se renueva como el aire después de una tormenta. Nunca se termina la gente. La nueva gente vuelve a ir a las tiendas, a los trabajos. En sus caras tomadas por la luz, bajo la lluvia, se descubre un cruce, la duda de un segundo.
Fuera ha llovido. Ayer no existe. Estamos tan preocupados que nos movemos en todas las direcciones posibles.

miércoles, junio 14, 2006

JABÓN


Necesito jábón.
Para los brazos,
para las piernas,
para la espalda,
para frotar con el jabón
el pecho,
la barriga,
el interior de los muslos,
para frotar el cuello de los muslos,
las pequeñas orejas,
la cara de los muslos.
Necesito jabón,
jabón homeopático,
jabón redondo,
para ir al parque,
a los entrenamientos,
a las reuniones,
a las sacristías de visita,
a los toros de visita,
a los bares de visita,
a las bodas, a los cumpleaños.
Que limpie,
que huela,
que sea suave,
que se me escape de las manos.
Necesito que cárceles enteras de jabón
exploten y caigan despacio
como si fueran fuegos de artificio
sobre mí.

A las puertas de la muerte



A los pájaros aventureros,
a los padres primogénitos,
al dictado del corazón,
al mismo amor,
a las puertas de la muerte:
que te abran
como un blog,
que te indiquen las horas,
que te aten el cuerpo,
que te suban al coche
como una muñeca
de porcelana de las que tanto te gustan,
para que indiques,
para que subas,
para que ates,
para que abras
...
pero que no te hieran
porque, a las puertas de la muerte,
se sangra.

La noche siguiente





Tú, ya no eres tú,
que has crecido
como los crisantemos y la crematofobia.

Me han dicho algunas cosas,
pero no me atrevo a decirlas todavía.

Te recuerdo. Cuando te miro
te recuerdo así,
de tu forma.

Yo también digo cosas,
pero tampoco.

No debería mirarte,
pero así, te recuerdo.
Si no te miro, no te recuerdo tanto.

La noche siguiente es lo mismo
que la misma noche.

PEZ ESPADA



Un niño, una vez, tenía corazón de pez.
Nadaba, subía hacia arriba con su cola grisácea,
pero era por la fuerza de su sal de pez.
El mar, que lo sabía,
le buscó una estrella azul,
azucarada.
Y el pez, que ya no era niño,
le mandaba burbujas,
que eran como palabras, pero eran redondas.
Los peixes y las estrellas
no muerden casi nunca los anzuelos,
pero los pobres caen en las redes.






viernes, junio 09, 2006

AYER TARDE


Durante la tarde de ayer estuve pensando lo que haría en la tarde libre de hoy. Tener una tarde completamente libre es algo que a veces sucede, para nuestro bien.
En toda una tarde se pueden hacer multitud de cosas, todas ellas igual de apetecibles. Es casi un problema. Elegir algo supone rechazar aquello otro. Hay que sopesar cada opción en su justa medida. Lo mejor es imaginar las diferentes tardes posibles y, al final, quedarse con la más prometedora.
En realidad, la tarde de hoy ha llovido. No entraba en los planes, pero carece de importancia.
Me recuerdo con la sonrisa puesta, en un abarrotado parque, consultando catálogos y preguntando a atareadísimos libreros que se esforzaban por aparentar que conocían cada detalle de su inabarcable caseta. ¡Cuánta amabilidad derrochan los informadísimos libreros!
Es tan real, tan instructivo.
O también, muy callado, mirando fijamente el escenario donde, a gente desconocida, le suceden todo tipo de peripecias que a ellos les parecen como si tal cosa, despachándolas con tanto descaro que te hacen reír.
!Qué bien me lo pasé¡ Toda la tarde sin parar. Si no lo estuviera recordando me parecería mentira que hubiera ocurrido.
Me parece que lo volveré a repetir, al menos una vez a la semana.
He de conseguir tener una tarde completamente libre al menos cada semana.
Lo dicho. La tarde de ayer fue memorable.