miércoles, octubre 28, 2009

Yo quiero ser pequeño y también grande, como tú.

Quiero decirte
despues de todo
que tienes la boca pequeña.
Me parece pequeña.

Creo que es pequeña
a pesar de todas las palabras que sabe decir.


Pero cuando te miro a los ojos
tus ojos son ojos inmensos,
el mar de tus ojos
nunca termina.
No tiene olas que se puedan olvidar.


A su lado, más abajo, está
tu boca pequeña.

Me gustaría que tu boca
me hablase de un mar muy pequeño,
casi juntos,
y que tus ojos
me mirasen
muy grande.

sábado, octubre 10, 2009

LA GALERIA BORGHESE

La galería Borghese se encuentra en el parque Villa Borghese.
Desde la plaza del Popolo (no confundir con la plaza Borghese, creo que inexistente) cruzamos el parque para llegar a la galería.





El agradable paseo cruza de punta a punta el parque que es una especie de Retiro madrileño con árboles centenarios, hierba para tumbarse plácidamente a descansar e incluso un lago donde conviven en completa armonía patos, tortugas, gaviotas y peces sin identificar.
Tranquilos y confiados, inmersos en el bucólico ambiente que nos rodeaba, llegamos a la galería dispuestos a admirar y dejarnos seducir por artistas como Caravagio y Bernini, entre otros.
No sospechábamos que nuestra sana intención era imposible.

En efecto, en este caso, creo que para evitar situaciones similares a los conocidos gritos sixtinos (recuérdese el "NOOO FOTOS" ...), directamente no dejan pasar al poco precavido turista visitante.

Aclaración: Únicamente se admiten 360 visitantes cada dos horas para evitar aglomeraciones. Unos carteles de considerable dimensiones lo indicaban claramente: "PRENOTARE CON ANTELACIONE" (reservar con antelación).

Desde mi ignorancia había interpretado que era necesario "PERNOCTARE CON ANTELACIÓN", es decir, llegar recien levantados y bien descansados para poder sobrellevar dignamente las fatigas turísticas.

De nada sirvieron nuestras súplicas y lamentos, ya que se trata de una norma sin excepciones.

Es cierto que estábamos desanimados por el imprevisto, aunque todavía conservábamos intactas nuestras esperanzas de disfrutar de la mañana romana.

Ante acuciantes necesidades fisiológicas, acudimos al baño.
Imposible.
Aunque parezca increíble, también en este caso es necesario realizar una reserva con antelación. Únicamente se admiten 360 meadas cada 2 horas, hecho que se controla exigiendo el billete del museo.

De nada sirvieron nuestras lamentables súplicas ni nuestros suplicantes lamentos. Se trata de una norma sin excepciones.
Es cierto que estábamos desanimados por el nuevo imprevisto, aunque todavía conservábamos intactas nuestras esperanzas de conseguir no mearnos en los pantalones.

PANTHEON



Roma tiene capacidad de impresionar al visitante en cada esquina, esto es cierto. Pero ¿cómo volver a sorprender a un turista que lleva sorprendiéndose en altas dosis durante toda una mañana?
La respuesta a esta pregunta es muy sencilla.
Es el Pantheon: Una iglesia, antiguo templo pagano reciclado, con un agujero en el techo para que cuando llueva caiga el agual dentro.



No tengo palabras para describir este monumento. Las fotografías de Enaire que incluyo tampoco son capaces de hacer justicia a la verdad.

Si cada rincón de Roma es impresionante el Pantheon lo es doblemente.
Las dobles impresiones existen.
Acojonante.



Ya en la via de la Rotonda que rodea el Pantheon y con objeto de descansar un poco me siento sobre lo primero que veo, un pivote que sirve como obstáculo para impedir el paso de autos en las calles peatonales. Llevo toda la mañana de turista y aunque he hecho frecuentes paradas el cansancio está presente. El Pantheon y las sorpresas se han quedado atrás en el olvido. Ahora voy únicamente a descansar.

Pues bien, ¿recuerdas que hace un sengundo estaba sentado sobre un pivote? . Pues ya no lo estoy.

Milagrosamente el pivote ha empezado a descender (para sorprender por tercera vez al turista ya doblemente sorprendido) y ahora ya no estoy sentado sobre él, en cambio estoy sentado en el suelo.

jueves, octubre 08, 2009

LA CAPILLA SIXTINA


La capilla Sixtina fue pintada en su mayor parte por Miguel Angel, bajo mandato del papa Sixto IV, de ahí su nombre.

En la actualidad, el objetivo que se persigue con la exhibición pública de estas maravillosas pinturas al fresco es "educar" al turista.
Es decir, intentar por todos los medios evitar que el turista hable con su acompañante o haga fotos, las cuales, por otra parte, son sus principales actividades.

La tarea es muy difícil, quizás de imposible cumplimiento, pero para ello se han adiestrado a vigilantes especializados que cuando menos te lo esperas gritan, con muy mala educación por cierto,"NOOO FOTO" y, otras veces, "SSSSSS, SILENCIO".

(Quizás pienses que esto de los gritos son una exageración, pero te aseguro que me quedo corto)

El primer objetivo, en cambio, de un turista indocumentado e insensible al arte, como yo, es descubrir donde están Adán y Dios, la creación, pintura muy famosa ya que aparece en los libros de texto de la educación primaria.


Como hay muchas pinturas no es fácil localizarla y cuando se hace, lógicamente, es necesario comunicárselo a tus acompañantes para que conozcan tu perspicacia.

"SSSSS, SILENCIO". "NOOO FOTO!!!".

Es digno de admirar en esta sala, compendio de belleza, las habilidades del turista visitante para efectuar las fotos prohibidas. Se consigue identificar a los culpables porque son los que miran hacia abajo donde tienen escondida la cámara, ya que los demás tenemos constante y dolorosamente la cabeza hacia arriba, lugar donde se encuentran las famosas pinturas.
Una vez disparadas, sin ton ni son, unas fotos con la emoción de infringir la prohibición, ya puedes dedicarte a admirar las maravillosas obras, aunque esto no es realmente lo que te interesa.
Lo verdaderamente interesante es saber qué parte de la cubierta es una superficie plana y cual está curvada. Es muy valorado entre los turistas quien demuestra un conocimiento, aunque sea aproximado, de estas cuestiones. Naturalmente es necesario comunicárselo al resto.

"SSSSS, SILENCIO". "NOOO FOTO!!!".

Pienso que Miguel Angel, así como Sixto, su mentor, y otros muchos autores del resto de salas pontificias ya conocían en su tiempo las inclinaciones y psicología de mi especie, el masificado visitante actual. De esta manera, además de pintar desnudos a diestro y siniestro, se preocuparon de confundirlo. Cuando una superficie es plana se pinta un dibujo para que parezca curva y viceversa. Del mismo modo, en el techo se colocan relieves y también se confeccionan figuran planas que parezcen esculpidas (trampantojos).

Enfrascado en estas cuestiones geómetricas tan importantes, los aleatorios gritos amenzantes "NOOO FOTO" me provocan intensas sacudidas nerviosas. Me siento inseguro y en peligro pero, por otra parte, tengo que conmoverme ante estas espléndidas obras artísticas, además, como hay tantas, no se sé a cual de ellas se debo admirar más y mejor.

En la sala, por otra parte, tengo que estar bastante tiempo para apreciar en su justa medida las magníficas obras, cumbre del arte renacentista, así que otra ocupación, no poco importante, consiste en procurarme uno de los poquísimos asientos disponibles. No puedo indicar método alguno para la consecución de este brillante objetivo, ya que todos mis desesperados intentos resultaron vanos.

Conforme el turista se va aclimatando a los gritos y a la belleza, se produce en él una identificación con los esforzados vigilantes, prestándoles voluntariamente ayuda. Son muchos los turistas que, en ocasiones, gritan

"SSSSS, SILENCIO". "NOOO FOTO",

no se sabe si por pura diversión o por probar hacerlo con la misma violencia que los vigilantes.

El ambiente resultante que se respira en este santuario de belleza y brutalidad concentrados ya no es posible imaginar.

Tanta belleza y tanto griterío unificados consiguen alterar los estados de la conciencia. Es posible creer que se ha llegado al paraiso y también, al msimo tiempo, al infierno.
La tierra, la gloria y los tormentos eternos tienen en la capilla Sixtina su punto de encuentro.

Es digno de alabanzas quien haya dispuesto esta colección de instrucciones acerca del número de sillas, el tratamiento dado a las fotografías o el grado de silencio que se debe guardar en la capilla Sistina.
Si ha sido el Máximo Pontífice, queda probada su infalibilidad.

PIAZZA DE VENEZIA

Empecé a conocer Roma en la Plaza de Venecia adonde llegué en el 628.
Antes había visto desde el autobús las termas de Caracalla, el Circo Máximo, el Arco de Constantino y la Domus Augustana, aunque aún no lo sabía.

En la Plaza, por todos los lados aparecían edificios grandiosos, quería verlos todos urgentemente, pero… ¿por cual empezar?

Roma me había conquistado desde el principio como bienvenida.

Miraba a uno y otro lado, izquierda, derecha, adelante, hacia atrás, inmovilizado, sin saber hacia donde ir.
En el otro extremo de la Plaza, como descendiendo de una montaña nevada en plena ventisca, se encontraba Vitorio Manuel II sobre su caballo de bronce.
A partir de ese momento, o incluso antes, me parece que he estado llevando la boca abierta.



Vimos el Mercati de Trajano, una iglesia, la columna de Trajano, y bajamos por la Via de los Fori Imperiali hasta el Coliseo. Al Coliseo le dimos varias vueltas.

Los romanos eran muy amables, hablaban muy bien italiano, pero no se les entendía nada. Supongo que ellos a nosotros tampoco. Ellos hablaban italiano, incompresible como he dicho, y nosotros español, no obstante, al final la información se trasmitía comprensiblemente, creo que en una nueva forma de comunicación, mezcla de gestos y frases de una o a lo sumo dos palabras, donde hay que repetir bastantes veces por parte de ambos interlocutores las palabras gracies y per favore. Tambien es muy útil la frase non capisco para el bando spagnolo.
Por cierto, ¿qué significa prego?, se repite bastante.

miércoles, octubre 07, 2009

ROMA, CIUDAD ETERNA

Roma, la ciudad eterna, se llama así porque no tiene fin, es decir, nunca termina.

Se entiende, que nunca termina (de verse).

En efecto, se puede comprobar en cualquier lugar, los Musei Vaticani o en el Palatino + Foro Romano, por ejemplo. Por mucho que te esfuerces, siempre te dejarás la visita a medias. Por rápido que vayas, por mucho que te saltes obras, salas o edificios enteros, llega un momento en que el cansancio te vence, así que lo mejor es abandonar, irse a algún sitio a descansar y volver luego con nuevos ánimos, si se puede.
Se comprueba así, después de varios intentos, que no solo la ciudad, sino también sus museos son eternos.

De esta manera, Roma, hay que visitarla por etapas incompletas.

Es un cansarse y un descansarse continuos. Inicias la visita completamente extasiado con los primeros monumentos, los primeros encuentros con la ciudad y va disminuyendo el estusiasmo conforme avanza la fatiga que por fin se impone. Después de una etapa de descanso y recuperación, proporcional al cansancio acumulado, el ciclo se repite indefinidamente.
Es un cansarse y descansarse, un caer y renacer continuos. No es de estrañar que Italia sea, por ello, la cuna del renacimiento.


Roma inició su existencia hace siglos, incluso milenios, pese a ello y de acuerdo con su esencia no finita, todavía se encuentra en permanente construcción y reconstrucción.

"Las antiguas ruinas coexisten con las modernas".

Como columnas y edificios antiguos están, obviamente, muy deteriorados por el tiempo. Se puede decir también que no tienen fin, puesto que se encuentran incompletos. De esta manera, la esencia no finita de la ciudad y de sus museos se encuentra imbuida en cada parte, en cada uno de los elementos que le dan forman.

Las construcciones actuales también se deberían dejar a medias con objeto de adaptarlas del mejor modo posible al magnífico entorno y a su idiosincrasia, así, además, se respetaría fielmente las dotaciones presupuestarias iniciales.
De esta manera, podríamos hablar con propiedad también de imponentes ruinas actuales.

Todo en estado ruinoso, incluso el turista visitante, a quien, poco a poco, el cansancio va doblegando y venciendo, llegando muy desgastado a su domicilio a última hora de la tarde, por fin, completamente desmoronado.

Con el nuevo día, todo resurge, renace, vuelven los ánimos y se vuelve a descubrir la belleza de cada rincón semiterminado, en pura degradación.
Así por los siglos de los siglos en la ciudad eterna.