lunes, mayo 22, 2006

PURA COHERENCIA



UNO
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No siempre digo la verdad. A veces, cuando me preguntan digo lo que quieren escuchar. Doy por supuesto que esta manera de actuar es bien conocida por todos y, por tanto, no se me puede acusar formalmente de mentir.

DOS
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Me gusta escuchar. A veces, cuando tengo dudas las consulto con mis amigos más cercanos. Les pregunto su opinión sobre aquello que me preocupa, con objeto de contrastar pareceres. Normalmente "mi gente y yo" coincidimos. Es un gran alivio poder contar con ellos para todo. Valoro mucho la amistad y la confianza.

jueves, mayo 18, 2006

ADÓNDE FUISTE?




Una vez pasaste junto a mí. Era domingo. Era verano.
Escuché cómo te ibas acercando. Los ruidos superfluos desaparecieron y, en su lugar, se instaló el sonido crujiente de tus tacones sobre el empedrado. No sabía en qué momento me alcanzarías, así que retuve el aliento aunque todavía no estuvieras al lado. Después de pasar, te seguí con la mirada, ávido, hipnotizado, pero..., curiosamente, ya había dejado de oirte.
No creo que sospeches nada de esto porque nunca te lo he contado.

¿Adónde ibas?
Ibas sola, ibas rápido, tu bolso se movía como un péndulo, un pañuelo claro rodeaba tu cuello.
Creo recodar que, antes de llegar adónde yo estaba, saludaste a alguien, a alguien que no estaba cerca porque alzaste la voz, pero no te entretuviste casi nada. Fue un saludo rápido, como decir un nombre y ya está. Quizás acompañaste el saludo con algún gesto de la mano, pero no pude verlo.
Te perdiste por la esquina del estrecho, por donde se llega a la iglesia del Remedio.
¿Adónde fuiste aquella mañana ? ¿Qué lugar habrá más allá de la iglesia adonde hayas tenido que ir tan deprisa aquel domingo?
Muchas veces he querido preguntarte. ¡Estabas tan guapa, ibas tan segura!.
A lo mejor ya no te acuerdas. Si te lo preguntase, quizás, ¿Qué mañana de domingo?, me dirías extrañada.
Han pasado tantos domingos desde entonces. Tantas mañanas paseando, tantos pañuelos claros y bolsos oscilantes.
¿Por qué no te seguí?. No tenía nada que hacer. Hubiera sido tan fácil. No me conocías, ni siquiera sabías que yo existía.
Pero no había ninguna razón para seguirte. Yo no sigo a la primera chica que pasa a mi lado y me quedo mirándo embobado en medio de la plaza.
Bueno, ya está hecho, no tiene remedio. Casi estoy orgulloso de no haberte seguido. Si fuese hoy ese día, tampoco te seguiría. Te dejaría que fueras adónde tengas que ir, aunque no me guste, aunque nunca hayas debido de ir y yo hubiera podido impedirlo. ¿Acaso no eres libre?. Libre como el viento rozando tu pañuelo. Como el bolso bailando alrededor de tu cuerpo, como aquella magnífica determinación en tu rostro que te llevaba.

miércoles, mayo 17, 2006

CAYENDO



Los rayos de luna sobre la ventana,
la débil claridad rozando las paredes,
los visillos hasta que llegan la mesa,
las sombras que se esparcen por el suelo
como si fueran una lengua,
como agua anegando,
filtrándose por debajo de la puerta
hacia otras habitaciones,
descendiendo a saltos por las escaleras,
llegando a la cuesta abajo de la calle,
por la pendiente donde brillan las farolas,
junto a las aceras,
inundando las alcantarillas subterráneas,
extendiéndose como si fuera un pozo hambriento,
ocupando los huecos,
avanzando,
avanzando sin obstáculos,
hasta un lago azul intenso,
mineral,
tranquilo, solitario,
oscuro y fresco
donde la luna entera vuelve a brillar
como sobre un espejo.
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Se me iba cayendo el alma a los pies
desde el ombligo,
pero ha rebotado.

DESCUENTO






















Se ha iniciado la cuenta atrás.
Una cuenta monótona, pesada.
Cada segundo, un segundo menos.
Cada minuto, un minuto menos.
Así, hasta cero.
No se detiene.
Me entretengo mirando
como el tiempo irrecuperable se evapora
en las mañanas oscuras,
donde una niebla espesa
acentúa la pérdida de luz y la pérdida del tiempo.
Me recuesto en una especie de mesa gris.
Sobre la mesa hay papeles blancos,
los ojos están doloridos,
muy abiertos,
sin colores.

martes, mayo 09, 2006

NO ESTOY



A veces no estoy,
otras estoy yéndome,
las demás, me quedo mirando,
como buscando un sitio.

En donde la naturaleza
agrupa su bullicio de colores,
de clases diversas
que saltan encontrándose.

Ya no sé bien si me voy
o me han ido echando hacia afuera.
Si soy yo, que simplemente no estoy,
o se han ido marchando despacio
con el tiempo.

A veces miro hacia atrás
por si recuerdo alguna vieja cosa
de regreso.

Pero no, cuanto más miro, me encuentro más lejano.
Me voy. Me voy yendo.
Me gustaría irme como el viento.
Pero no,
me voy de donde no estoy.

¿Qué puedo hacer cuando me haya ido del todo?

lunes, mayo 08, 2006

10 COMEDIAS, 10


Bienvenido Mr. Marshall
Amanece que no es poco
El guateque
Ser o no ser
Una noche en la ópera
Coge el dinero y corre
Atraco a las 3
Como agua para el chocolate
Goodbye Lenin
La estrategia del caracol