Duerme
Duérmete en el hombro derecho,
con las manos abandonadas sobre mí
también durmiéndose.
Que duerman mis brazos con tu cintura
y tus labios silenciosos descansen
sobre el vello erizado de mi pecho
Que nuestras caras duerman juntas
y nuestros ojos se cierren por fin
en la noche mirándose.
Que tus cabellos duerman sobre mi craneo pelado
y tus piernas descansen con el calor de mis muslos.
Duerman mis manos sobre tu lecho mullido agarrándote sin escapatoria
y tu boca roja se duerma como un último beso.
Duérmete así,
que yo te despierto.
(O viceversa).
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