miércoles, abril 26, 2006

NO REGARÁS



Caen regularmente las hojas amarillas, sin solución, a la tierra. Se desgaja otro antiguo rayo de luz y barro ya descompuesto. El suelo está regado con gritos ahogados, con sombra de lágrimas necesariamente retenidas.
Las partes se ofrecen para conservar el tallo leñoso que, a veces, de pura debilidad se inclina.
Pero el destino se llama determinación y allí esta puesto su fin último.
En los alrededores está escrito: "No regarás" y detrás de las sombras los cumplidores acechan.

No muere. Espera. Y cuando los años se hayan ido, cuando ya nadie recuerde aquel paisaje y se hayan desvanecido los caminos y las lindes, allí estará, otra vez, todavía esperando la señal.

1 comentario:

maria josé dijo...

Sé como el sauce, que perfuma el hacha del leñador que lo hiere...
Un beso.