lunes, julio 16, 2007

QUIEN BUSCA, HALLA.

Se dice, con gran rigor y mucho tino que “quien busca, halla”, pero lo que no se dice son cuántas cosas se pueden encontrar en cada búsqueda y para qué sirven.
En Fuencisla, una nueva pregunta ocupa el entendimiento de miles de escrutadores de la verdad: “¿quien busca, qué halla?”.
No es vano este acertado pensamiento. Si se hace una lista con las cosas más buscadas: felicidad, paz interior, libertad, sentido de la vida ... y se compara con nuestros hallazgos más comunes por los oscuros desvanes del olvido: palustres, posones, capachos, trévedes..., nos daremos cuenta de la verdadera dimensión de lo que nos preocupa.
¿Cómo es posible hallar la felicidad o, más modestamente, la completa paz interior o la libertad sin ira, cuando nos encontramos con una antigua horca, herramienta muy estimada por nuestros abuelos, pero que en la victoriosa y destruida Fuencisla moderna ha dejado de tener utilidad?
En la búsqueda constante de nosotros mismos, muchos fuencislenses han empezado a restaurar, lijar y lustrar estos recientes hallazgos que van acumulándose en improvisados talleres a la espera de poder sacarles todo el provecho y todo el misterio que encierran.

Lebrillos, tornajos, tinos...(aquí para una lista más detallada) procedentes del pasado, han venido a formar parte de nuestro vocabulario y sobre su utilidad se han iniciado polémicos debates y concurridas conferencias.


Los profesores han dejado paso en la tribuna de oradores a antiguos y experimentados jornaleros que, aunque con expresiones menos elegantes y movimientos más acompasados, enseñan a las mil maravillas, azadón en ristre, los secretos que esconden estos nuevos descubrimientos.
A veces, para una total comprensión del temario, ha sido necesario llegar a demostraciones teórico practicas en los alrededores del pueblo. Muy famosa ha sido la conferencia: “Cavar olivas en agosto después de almorzar”, a cargo del gañán Félix Leopoldo de Peláez, donde grandes y pequeños, sobre todo en las regiones del espinazo, hemos experimentado las técnicas a aplicar en este caso, máxime si se dirigen a la consecución de objetivos.

Con estas nuevas tendencias culturales, el labrador oculto que muchos fuencislenses llevamos adentro ha salido a la luz y, al amanecer, aunque sin borrico, suele verse caminando hacia las cercanas huertas mirando al cielo temeroso ya por la suerte de sus incipientes tomates y de sus proyectadas berenjenas. También el albañil interior o el carpintero íntimo han salido de su encierro, comenzando a practicar las técnicas más básicas del levantamiento de tabiques o el barnizado de tablones.

“Por sus obras los conoceréis” y el antagónico “No me guardes la simiente”, son dos sentencias que están cobrando en Fuencisla cierta actualidad.

La emprendedora empresa “Barrachina Hermanos, sociedad anónima”, animada por las tendencias y deseosa de lucro, ha abierto varias sucursales para prestar servicio a estos nuevos y laboriosos artesanos. En ellas, además de venderse los materiales necesarios, se orienta al trabajador con técnicas y consejos muy provechosos.

No obstante, el albañil interior, sobre cuya espaldas , probablemente, vaya a caer la monumental tarea de la reconstrucción de Fuencisla, fiel a la profundidad de su carácter, es remiso a adoptar procedimientos ajenos que no se hayan sometido a la perspicacia de su espíritu crítico experimental.
Así, es muy común escuchar discusiones entre el albañil interno y la personalidad física que le da sustento, el antiguo soldado fuencislense más propenso a seguir las directrices de Barrachina.

Discutir con uno mismo es, sin lugar a dudas, la mejor manera de conocerse.

De este modo, junto a la aplicación del yeso a rajatabla, la arquitectura tradicional está evolucionando por nuevos e inexplorados caminos donde es muy fácil ver sagaces innovaciones, en cuanto a decoración de fachadas se refiere, como la pared combada, el ladrillo en disposición vertical o el pórtico redondo, nuevas aportaciones fuencislenses al estancado mundo arquitectónico actual.

1 comentario:

maria josé dijo...

BUENISIMO!
Un besazo desde el mar.
Nos vemos por la tarde!