jueves, junio 15, 2006

HA LLOVIDO


Los cristales están húmedos, fuera ha llovido. Una pequeña tormenta ha renovado el aire aunque resiste un sustrato de gas. Fuera ha llovido, el día de ayer ha desaparecido. Se ha evaporado como vaho.
En una pira de fuego algunas tablas viejas están consumiéndose. El humo sube desde el descampando donde la piedra caliza se confunde con la tierra. Unos obreros se han juntado alrededor como si fueran un pequeño pueblo, como si tuvieran que cruzar, durante años, un desierto.
Antes estaban esparcidos por la calle como si fueran madera.
Fuera ha llovido sobre un montón de leña que ardía movida por el aire. Las gentes abrían sus paraguas al salir del Metro, dispersándose. Las gentes se acomodan la ropa y caminan erguidos sobre sus negros zapatos. La gente se renueva como el aire después de una tormenta. Nunca se termina la gente. La nueva gente vuelve a ir a las tiendas, a los trabajos. En sus caras tomadas por la luz, bajo la lluvia, se descubre un cruce, la duda de un segundo.
Fuera ha llovido. Ayer no existe. Estamos tan preocupados que nos movemos en todas las direcciones posibles.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta el olor de la lluvia...lo notas?
Es olor de renovacion, de pureza...de empezar de nuevo.
Hace mucho q no llueve aquí..en mí intento q lluevan todas las noches.

Asir dijo...

Llover por dentro. Tu imaginación es desbordante. No sé. Ahora tendré que intentar ducharme también por dentro.
Ya lloverá, Eterna, seguramente a cántaros.
Una vez, la lluvia se escapó muy sofocada del mar y vino a caer más morena hasta las acequias donde ahora la retienen los grifos.

maria josé dijo...

Bueno, Asir, son tan bonitos tus post como tus comentarios...
Luego te diré más.
Un beso.