martes, junio 27, 2006

HIPERSOMNIA



Cada vez me cuesta más trabajo levantarme. Por ahora, desde que suena el maldito despertador, necesito unos veinte minutos para incorporame medianamente al mundo de los despiertos. De los días de fiesta, ni hablamos.
El caso es que cada día que pasa voy necesitando más y más tiempo, pero esto no es todo. Poco a poco, el yo durmiente está aprendiendo a hacer cosas que creía impropias de él. Por ejemplo, puede meterse bajo la ducha en una especie de modorra inconsciente que el agua calentita incluso acentúa. Puede ponerse los calcetines y componer las ataduras de los zapatos entre interminables bostezos, naturalmente con los ojos completamente cerrados. La verdad es que ignoro hasta que punto podrá o habrá llegado ya.
En resumen, el durmiente va avanzando tranquilamente, instalándose en un mundo que no le corresponde y para el cual no está preparado. Tengo que encontrar un freno a tanta invasión. Estas cosas tarde o temprano se acaban pagando muy caro.
Voy a tener que empezar a tomar café antes de salir de casa (ducharme con agua fría me parece demasiado cruel y no creo que lo soportase).
Siempre me he preguntado por qué hay tantas personas aficionadas al café. Cierto que su aroma es muy agradable, cierto que es una estupenda excusa para dejar por un momento el trabajo y reunirse junto a la máquina con el resto de cafeteros. Pero estoy empezando a sospechar otra cosa. Pudiera ocurrir que ellos también fueran durmientes, como yo. Podrían haber sufrido estos síntomas antes que yo. Quizás, todos ellos han estado nesesitando el café durante mucho tiempo, igual que yo lo necesito ahora. Me gustaría averiguarlo. Nunca se sabe cuántas sorpresas pueden guardar los que simplemente se encuentran a un paso.
De todas formas, no creo que el problema sea demasiado grave, entra dentro de la lógica. No tiene sentido que dos mundos tan diferentes como la vigilia y los sueños, estén en contacto permanente sin que entre ellos se produzcan injerencias. Es más, ahora recuerdo que yo estuve también en el otro bando, en el bando de los insomnes, los que toman pastillas. Fue durante unas semanas, los días que precedieron a una boda. Debía de estar muy preocupado, tanto que casi no podía conciliar el sueño. Pero esto es ya muy lejano, aunque viendo los resultados, como ahora puedo verlos, la verdad es que no era para menos.

6 comentarios:

maria josé dijo...

Duerme bien y sueña con los angelitos, o con lo que más te apetezca, pero despierta de vez en cuando para que podamos verte en acción, un poquito...

Ana María dijo...

¿Oye y no serán los años? :).
Es que yo no sólo me cuesta trabajo levantarme de la cama, tambien del sofá, de la silla,.....y además lo hago con sonidos Ay,ay, ay

Anónimo dijo...

Soy la zapatilla, en otras épocas era yo muy práctica para eso de levantar a durmientes pero los tiempos cambian y ahora estoy en un anticuario. hay curiosos que me miran boquiabiertos ¡como si nunca hubieran visto una! No hay como un buen zapatillazo a tiempo!
(la zapatiila de la abuela alfonsa)
besos.....

fulanytadetal dijo...

Hola! Fulanita de tal salió a la calle....

Asir dijo...

María José: Toda acción provoca una reacción de incalculables consecuencias, aunque se trate con compañeros angelitos, debido al conocido "efecto mariposa". Mejor tranquilito.
Maruja: Efectivamente, la ciencia del descanso exige muchos años de dedicación. Los sonidos de los que hablas son simples consejos para advertirnos sobre la problemática de abandonar una situación de reposo contínuo.
Anónimo: Me suena lo de la abuela Alfonsa. Si consigo descubrirte, ¡te denunciaré!.
Fulanita:!BIENBENIDA¡

Asir dijo...

Correción
Fulanita:"BIENVENDA"