jueves, agosto 17, 2006

El mundo a partir de una baldosa


A la edad de veintisiete años se dio cuenta que se encontraba en el mundo; hasta entonces algo sospechaba pero nunca tuvo una conciencia clara del significado.
Este descubrimiento lo hizo mientras miraba una de las baldosas del cuarto de baño. La baldosa atrajo poderosamente su atención y, al cabo del tiempo, el silencio se hizo patente como una señal clara de confirmación. Durante un instante quedaron aislados él, la baldosa y el silencio, como lo único que era necesario para percibir este misterio, o al menos así fue como a él le pareció.

A causa de la forma cuadrangular de la baldosa concibió el mundo como estructura repetitiva que contenía, capturaba y daba soporte al resto de las cosas, como cuando te invitan a una casa y vas de visita.
Las ciudades, los paisajes, cada niño son así porque el mundo los ha atrapado, los ha hecho suyos asignándoles una posición, una función dentro de él. No hay posibilidad de poder escapar. El mundo consiste en las cosas que contiene.

Pertenecer a este mundo parece increíble, llena de perplejidad. Si hubiera descubierto el mundo oyendo las olas o probando un pastel de chocolate, por ejemplo, la sensación que le transmitiría sería complemente diferente. El mundo no puede ser de otra forma, sino tal y como se percibe. Salió del váter muy callado, contemplando.

Desde entonces se fija más en las cosas, ahora le parecen distintas.

1 comentario:

jdhdj dijo...

solo pasaba y lei eso ke esta super bueno
me gusto tu blog
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