SALOBRE
A 5 km de Reolid están el pueblo y el río de Salobre que, aunque se encuentran localizados en el mismo punto del mapa, son completamente independientes.
El río, digamos, ocupa la planta baja y cinco metros más arriba, en la primera planta, se encuentra el pueblo de Salobre con sus calles y sus placetas.
Hy un camino lateral de reciente creación a la orilla del río para poder recorrerlo y difrutarlo, aunque me temo que los únicos que paseamos por allí somos los turistas visitantes.
Para acceder al río hay que salirse fuera del pueblo. No hay comunicación directa entre el pueblo y el río, salvo algunas escaleras que desembocan en la puerta de atrás de alguna vivienda particular.
El río, además de una fuerte y selvática vegetación, está colonizado por unos peces moteados parecidos a las truchas y de variada coloración: amarillo, azul, violeta.
Los peces están quietos como si estuvieran en formación, con la cabeza dirigida hacia la contracorriente. Desconozco a que obedece este comportamiento, pero parece que esperan la llegada de algo.
Grandes higueras viven en las humedas orillas del río Salobre con los troncos cubiertos de hiedra y sus dulces higos maduros, en grandes cantidades, desperdigados por el suelo, la mitad en tierra y la mitad en el agua. Ni los peces, ni los salobreños se preocupan de ello, unos porque están en formación esperando algo, otros porque jamás pisan la bellísima planta baja que la naturaleza y la sierra ha construído en Salobre.
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