jueves, marzo 01, 2007

DIA SIN MÓVILES

El día 'sin móviles' ha sido un completo éxito, especialmente para mí.
Para empezar diré que yo no tengo móvil, no lo necesito. Estoy convencido de que es un lastre tecnológico que crea adicción. Bueno, en realidad, lo que pasa es que a mí, debido a las simpatías que despierto, nadie me llama (igual que casi nunca este blog recibe comentarios), por eso no me importa carecer de este invento.
Miento. Ahora que me acuerdo, en realidad, sí tengo uno.
El año pasado para el día del padre, mis hijos, en confabulación con mi mujer (en favor de ella he de decir que inexplicablemente sigue planchándome las camisas), me compraron uno. Creo que fue un noble acto, aunque no sabría si clasificarlo como de 'examen de conciencia' o 'propósito de enmienda'. Al verse cada uno de ellos con un maravilloso aparatito de estos, cuyas mensualidades pago yo religiosamente, y, obligados como estaban a comprarme algo, tuvieron la feliz idea de adquirirlo en unos grandes almacenes el día 18 de Marzo, seguramente a última hora. Lo sé por la fecha del cargo de la correspondiente tarjeta de crédito.
Sí, mis hijos, al igual que mi mujer, son personas normales, felices y socialmente adaptadas al entorno. Son mis hijos y los quiero, por eso no tiré el móvil a la basura, sino que casi me puse contento al recibirlo.
Hasta ahora no le había encontrado ninguna utilidad, salvo la de pedir auxilio en el caso de avería del coche. Allí, en la guantera, lo había dejado olvidado.
Pero esta noche, día 1 de Marzo, a las 0 horas, he ido a por él.
Lo primero que he hecho ha sido llamar a Henar, 1 AM. Estaba durmiendo y la he despertado. Creía que iba a molestarse pero, al contrario, con la neurosis de un 'sin móvil', se ha puesto muy contenta. Jamás había hablado tanto con ella. Se despidió diciendo que durante toda la jornada de hoy podía llamarla siempre que quisiera. Lo hice tambaleándome a las 3 de la mañana, consiguiendo una invitación para poder consolarla en persona frente a la terrible jornada que se avecinaba.
Posteriormente llegué a mi casa donde para localizar a mi señora y que no descubriera mis tropelías marqué su número de móvil. Estaba apagado o fuera de cobertura en ese momento. Posiblemente estuviera consolando a alguien más desafortunado que yo, así que he podido dormir cómodamente en la cama de matrimonio. Normalmente, por deferencia, lo hago en el sofá del salón, con las piernas dobladas.
A la mañana siguiente, ya en la oficina, comprobé con satisfacción que cada uno se encontraba en su puesto, trabajando, sin escucharse ni charlas ni gritos. Hice llamadas a todos ellos obteniendo el consabido "fuera de cobertura".
Envié el siguiente mensaje a todos los números de la agenda, incluso a algunos otros inventados por mí mismo: "El día del móvil está siendo un completo éxito. Pásalo". No obtuve respuesta.

Ya esta noche, envíe la palabra "GANAR" al 5671 (coste de la llamada 1.6€/min.). El presentador de TV ha anunciado que he obtenido un premio de 10.000 €, lo que supone la rentabilidad más alta jamás conseguida en ninguna de mis inversiones. Este ingreso inesperado me compensa después del ruinoso comportamiento de las acciones durante la semana actual.

Creo que se deberían fomentar este tipo de iniciativas. Al habla (a través del teléfono fijo) con el secretario general del partido en el poder de mi localidad, cargo que compatibiliza con el de primer teniente de alcalde, le he propuesto que se haga una ley que obligue a asignar al menos 15 días laborables al año como 'días sin algo'. Día sin bragas, día sin dormir, día sin pagar dinero, día sin familia, día sin sofás en el salón...
Le ha entusiasmado la idea y va a exponerla en el próximo Cómite Provincial.
Le he dado las gracias.

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