LAS DIFICULTADES DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
Esta noche no he dormido, en su lugar la he dedicado a observar. No, no es sea aficionado a la Astronomía, es decir, al estudio de los astros. La tarea que me ocupa es mucho más compleja y consiste en contabilizar y registrar los diferentes movimientos que se producen en los alrededores de mi balcón, situado en la confluencia de las calles de San Isidro y del Apóstol Santiago de la localidad de Fuencisla.
Si los movimientos estelares, gracias al trabajo de eminentes científicos, están prácticamente determinados y explicados, los movimientos alrededor de una esquina, en cambio, se caracterizan por seguir leyes aún poco conocidas y de extrema complejidad, no siendo poco común la aparición de verdaderas sorpresas.
Es un trabajo fascinante, tanto desde el punto de vista de la observación, como por la diversidad de individuos y circunstancias que de algún modo se ven implicadas. Creo que todavía será necesario dedicar exclusivamente varias jornadas nocturnas para sentar las líneas iniciales de este proceso personal de investigación y seguimiento, cuyas primeras directrices esbozo a continuación.
Las cosas se perciben de una manera más pura si se eliminan en lo posible las interferencias externas. El silencio, la oscuridad y la noche en general aportan el ambiente idóneo para la observación metódica, si ésta tiene un carácter ambicioso en cuanto a resultados.
Básicamente concibo al ser humano en dos vertientes complementarias: los dos lados de un escenario. Como actor y como espectador, las dos caras de una misma moneda.
Si bien un espectador puede observar y registrar datos sobre la actividad de uno o varios actores, del mismo modo un actor puede proyectar sus acciones sobre uno o varios espectadores, de manera que se confirmen o desmientan las observaciones.
El espectador observa lo que hace el actor, lo analiza en busca de leyes generales. El actor actúa sobre lo que observa el espectador, variando los resultados y las hipótesis.
Como primicia, puedo adelantar que, fruto del trabajo inicial, se han descubierto tres tipos fundamentales de comportamientos que una futura ley de gravitación universal aplicada al movimiento en los alrededores de las esquinas deberá considerar:
1. Las tendencias a dormir en el propio domicilio (predominantes a horas tempranas)
2. Las tendencias a recogerse en domicilios ajenos (bastante influenciadas según la población ya recluida en el interior de los habitáculos y según otros factores como edad, sexo y día de la semana)
3 Las tendencias a no querer ir a dormir (muy predominantes durante los fines de semana en actores escandalosos y de estabilidad limitada).
Naturalmente, ayuda a la formulación de estas teorias la obtención y manipulación del mayor número posible de casos. Es por ello que la comunidad científica fuencislense comparte de muy buena gana sus conocimientos y conclusiones en reuniones muchas veces informales. Se nos puede ver discutiendo nuestras hipótesis durante mañana en grupos de trabajo. Por ejemplo, hoy había bastantes dudas sobre la tardía llegada de una joven de 16 años al domicilio paterno. Aunque yo constaté que la hora del evento fueron las 3:00 A.M., una investigadora con mayor experiencia sostenía que llegó sobre las 4:00 y que lo hizo en compañía de un individuo varón de edad muy superior a la de la joven, que la transportaba cariñosamente en una motocicleta.
Incompresiblemente los vecinos, objeto del análisis, no valoran nuestra labor de investigación llegando a acusarnos de lo que ellos consideran una intromesión en sus vidas privadas, cuando no de violación del derecho a la intimidad. La ciencia, como siempre es blanco fácil para los enemigos del conocimiento.
1 comentario:
La cantidad de científicos que pululan en las poblaciones, oye...
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